Autor: Jorge Heine
Editorial: LOM
Fecha: 2022
Páginas: 308
Lugar: Chile

Xi-na en el siglo del dragón. Lo que todos deben saber sobre China

Pasando por su desarrollo económico interno al ascenso de China y su actual proyección internacional, 'Xi-na en el siglo del dragón' ofrece un viaje fascinante por la China moderna, combinando el análisis concienzudo con anécdotas personales.
Cynthia A. Sanborn
 | 

Querían que creyéramos
que dormías,
que dormirías con un sueño eterno,
que eras la ‘misteriosa’,
intraducible, extraña,
una madre mendiga con harapos de seda,
mientras de cada uno de tus puertos
se alejaban los barcos cargados de tesoros
y los aventureros entre sí disputaban
tu herencia: minerales
y marfiles, planeando,
después de desangrarte, cómo se llevarían
un buen barco cargado con tus huesos.

De China, Pablo Neruda, 1954.

 

El ascenso de China como potencia global ha generado diversas reacciones en el resto del mundo: admiración, temor, hostilidad y, sobre todo, curiosidad. Para los latinoamericanos en particular, nos cuesta comprender cómo ese imperio colonizado y despojado, que nos envió trabajadores no cualificados (culis) en el siglo XIX y revolucionarios comunistas en el siglo XX, ahora nos envía ordenadores y automóviles eléctricos de avanzada, consume nuestra fruta y vino, y nos ayuda a construir modernos puertos y plantas hidroeléctricas. ¿Cómo explicamos este “milagro chino”?

Un buen punto de partida es el libro Xi-na en el siglo del dragón. Lo que todos deben saber sobre China, de Jorge Heine.  Abogado, politólogo, diplomático y maestro, Heine es un autor prolífico, siempre con una mirada desde el llamado Sur Global. Ciudadano de Chile –el país mas alejado de China geográficamente, pero el primero en Sudamérica en establecer relaciones con ella– Heine se ha desempeñado como embajador en China, India y Sudáfrica, y como ministro en el gobierno chileno. En 2021 fue coautor de otra importante publicación, El no-alineamiento activo y América Latina. Una doctrina para el nuevo siglo, un manifiesto para la independencia de esta región frente a nueva guerra fría entre EEUU y China. En Xi-na nos ofrece un excelente aporte complementario, pues la idea es que nos mantengamos no alineados, pero bien informados.

El propósito central de este libro, en palabras del autor, “es transmitir lo que es la China del siglo XXI”. No es un texto académico, pero sí erudito, que ofrece al lector no-especializado un viaje fascinante por la China moderna, combinando el análisis concienzudo con anécdotas personales. La primera mitad del libro se centra en China misma, donde Heine explica su modelo económico, su extraordinaria inversión en educación e infraestructura, y los avances tecnológicos resultantes. También analiza el liderazgo del actual presidente Xi Jinping, la consolidación de su poder interno y su ambiciosa proyección mundial. Nos cuenta cómo China se convirtió en la “fábrica del mundo”, con una enorme capacidad de producción de bienes que el resto del mundo ha ido necesitando, acompañado por un movimiento de personas sin precedente, del campo a la ciudad y hacia millones de fábricas que funcionan sin descanso.

Para Heine, el secreto del éxito de China está en su capacidad de innovación, que se convierte en uno de los motores de crecimiento del país. En el capítulo titulado “Trenes veloces como el viento”, por ejemplo, explica cómo el gobierno chino desarrolló un vasto programa de infraestructura que tuvo a los ferrocarriles de alta velocidad (o TAV) como pieza central, para conectar y mover a toda la población.  Un logro que genera envidia sana entre quienes padecemos de sistemas de transporte anticuados y caóticos.

Aunque el tenor predominante de esta parte es de admiración, no deja de señalar los costes del acelerado crecimiento chino; una mayor desigualdad económica y social, intensa contaminación ambiental, corrupción y explotación laboral, entre otros. Un ejemplo es el caso de Foxconn City, donde más de 200.000 trabajadores laboran cama adentro produciendo IPhones para el mundo, hasta que una ola de suicidios frenó temporalmente sus operaciones. Sin embargo, Heine es cuidadoso al señalar los esfuerzos del gobierno por enfrentar estos males, evitando profundizar en el espinoso tema de los derechos humanos en China.

La segunda mitad del libro nos lleva desde China hacia el resto el mundo, especialmente a través de la Iniciativa de la Franja y la Ruta (o BRI, por sus siglas en inglés). Aquí Heine destaca la visión dual que China tiene de sí misma, y que proyecta en sus relaciones internacionales; por un lado, un “Estado-civilización” milenario en búsqueda de la recuperación de su centralidad global, y por el otro, un Estado-nación relativamente jóven y aun en vías de desarrollo. También es un país con grandes retos de seguridad, ya que mantiene fronteras con otros 14 países.

Para varios analistas, América Latina hoy es solo un territorio más de competencia entre China y EEUU, uno que Xi Jinping ha buscado recortar a través de cinco viajes y visitas a 13 países. En Xi-na, Heine enfatiza más bien la agencia de los países del continente latinoamericano, y la maduración de sus relaciones con China en las últimas décadas. Hoy China es el primer socio comercial de la mayoría de ellos, y aunque sus principales exportaciones siguen siendo minerales y alimentos, han atraído inversiones chinas en sectores claves para el futuro, como la energía renovable, la conectividad digital y la infraestructura de vanguardia. Puesto que 21 países de la región se han sumado al BRI, se confirma una realidad existente.

Y frente a quienes, desde Washington o Sao Paulo, solo ven aquí una nueva forma de dependencia, Heine descarta esa visión, enfatizando la capacidad –o al menos el potencial– de nuestras élites, para negociar relaciones de beneficio mutuo e implementar políticas de desarrollo diversificadas. Aunque sí llama la atención la poca inversión en conocimiento sobre China en esta región, un marcado contraste con el gobierno chino, que ha promovido decenas de centros de estudios sobre América Latina, preparando profesionales para las relaciones de largo plazo.

Este libro no es imparcial, pues el autor fue diplomático residente en esa China del siglo XXI y quedó sumamente impresionado. Quizás por ello, pasa por agua tibia algunos temas espinosos, como Xinjiang, Hong Kong y Taiwán, y enfatiza más los aspectos económicos y políticos del ascenso chino, antes de sus transformaciones sociales o culturales. Aunque la perspectiva del autor proviene del Sur global, también lo hace desde una posición de privilegio y de un inusual acceso a los círculos de poder.

Afortunadamente, este privilegio también es de sus lectores, pues Xi-Na en el siglo del dragón es un libro sumamente enriquecedor para cualquier persona de habla española interesada en China y su actual papel en el mundo.