INFORME SEMANAL DE POLÍTICA EXTERIOR  >   NÚMERO 1156

#ISPE 1156: El mar, remedio para la sed

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Todas las últimas encuestas del Global Risk Report publicado por el Foro de Davos han coincidido en que el mayor riesgo para la seguridad mundial es la escasez de agua, por encima de la proliferación de armas de destrucción masiva, las crisis financieras o las pandemias globales.

El cambio climático ha agudizado el problema desde el cuerno de África a Europa, donde los últimos veranos han sido tan calurosos que algunos tramos del Rin, el Danubio y el Elba se hicieron inviables para el tráfico fluvial. Un 80% de los 223 millones de toneladas de carga que se transportan cada año por barco en Alemania viaja por el Rin, que une su corazón industrial con el Benelux y el mar del Norte.

Según investigaciones recientes, en el siglo XX el cuerno de África se desertizó con más rapidez que en los 2.000 años anteriores. En Irak, el 30% de los 37 millones de habitantes vive del campo, pero desde 2000, la sequía y la construcción por Irán y Turquía de presas en los nacimientos de los ríos Tigris y Éufrates han recortado a la mitad el flujo de sus aguas por territorio iraquí y reducido a la tercera parte las zonas pantanosas del estuario del río Shatt al Arab.

En Oriente Próximo, las temperaturas están subiendo a un ritmo que duplica la media mundial, lo que podría hacer inhabitable buena parte de la región hacia finales de siglo. Desde 1950, la población mundial se ha triplicado, pero el consumo de agua se ha multiplicado por seis, lo que explica que la industria mundial de recursos hídricos mueva cada año unos 600.000 millones de dólares, más que la biotecnología y las telecomunicaciones y solo un poco menos que la industria farmacéutica.

 

«Gracias a sus plantas de Ashkelon, Palmachim, Hadera, Sorek

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