POLÍTICA EXTERIOR  >   NÚMERO 216

Mirar un mapa: La centralidad del mar Negro

Josep Piqué, nuestro recordado editor, decía que para entender el mundo “hay que leer Historia y mirar los mapas”. En esta nueva etapa de Política Exterior, nos proponemos cerrar nuestra revista con uno de esos mapas necesarios para comprender un orden mundial en transición. El primero de estos esfuerzos cartográficos se centra en el mar Negro.
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Bordeado por Ucrania, Rusia y tres países miembros de la OTAN (Turquía, Rumania y Bulgaria), el mar Negro ha terminado por convertirse en un foco cada vez más peligroso de tensiones militares. La invasión iniciada en febrero de 2022 ha convertido esas aguas en escenario de combates con drones navales, sabotajes, bombardeos, hundimientos, minados, desembarcos frustrados y continuas escaramuzas. Un pulso para defender un principio básico del derecho internacional: la libre navegación marítima.

El mar Negro, alejado de los encarnizados combates terrestres, sitúa tanto a Rusia como a los países de la Alianza Atlántica en una incómoda proximidad. El mayor riesgo de escalada tiene implicaciones tanto para los mercados globales de energía (Rusia exporta por esa vía el 20% de su producción petrolífera, equivalente a más de un 3% del suministro mundial) como para el suministro de alimentos. Ucrania ha exportado a través de esas mismas aguas 33 millones de toneladas de grano en virtud del acuerdo auspiciado por la ONU.

 

«Desde la invasión de Ucrania, el mar Negro ha terminado por convertirse en un foco cada vez más peligroso de tensiones militares»

 

Durante años, el presidente ruso, Vladímir Putin, ha tratado de aumentar su influencia en torno al mar Negro, intentando recrear el control que llegó a ejercer en su día la antigua Unión Soviética. Con ese objetivo, Moscú ha invertido un cuantioso presupuesto en el desarrollo de puertos, la construcción del simbólico puente sobre el estrecho de Kerch e, incluso, ciudades de vacaciones. En esa expansión también se ha multiplicado el poder de la flota rusa con base en Sebastopol.

Sin embargo, en su guerra contra Ucrania, Rusia ha sufrido significativas bajas entre sus unidades navales en el mar Negro, como el hundimiento del buque insignia Moskva, y no puede enviar refuerzos debido a un tratado…

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