POLÍTICA EXTERIOR  >   NÚMERO 15

La reunificación de Alemania y sus consecuencias para Europa

Jacques Guillemé-Brulon & Alain de Marolles
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El general Alain de Marolles mantuvo esta conversación en París, el 7 de marzo, con Jacques Guillemé-Brulon, asesor de POLÍTICA EXTERIOR y delegado de nuestra revista en París. El general De Marolles es diplomado en Estudios Internacionales y fue jefe de Comandos Paracaidistas en las guerras de Indochina y Argelia. Durante el septenato de Giscard d’Estaing fue director del Servicio de Información francés. Ha publicado “Ultimatum”, un libro de ensayos sobre la seguridad europea, en la Editorial Plon.

J. G. B.: ¿Qué piensa usted de los acontecimientos del Este de Europa y de su sorprendente aceleración desde enero de 1989?

A. M.: Conviene distinguir lo que ha ocurrido y ocurre en el interior de la Unión Soviética de lo que presenciamos en el exterior, aun cuando los dos fenómenos estén inevitablemente relacionados. Tenemos de un lado al Gorbachov de 1985, emplazado frente a la perspectiva de un desarrollo desfavorable de la relación de fuerzas militares a raíz de la decisión del presidente Reagan de lanzar la Iniciativa de Defensa Estratégica y la aparición de las armas inteligentes en el arsenal de las fuerzas convencionales; le encontramos luego frente a una situación interior inestable tanto en el terreno político como en el de la economía y los problemas étnicos. Esa situación ha acelerado el, ritmo de la estrategia de Gorbachov para desvincularse de sus aliados de Europa oriental. El líder soviético trata por una parte de mejorar su imagen ante los occidentales, a los que desea aproximarse; y quiere evitar por otra parte que sus fuerzas estacionadas en Europa del Este no se vean implicadas en los acontecimientos y los incidentes que puedan producirse. Al mismo tiempo, este plan le permite recuperar efectivos militares que podrían resultar necesarios para mantener el orden en el interior de la URSS.

J. G. B.:

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