europa africa cumbre
Preparativos para la cumbre entre la Unión Europea y la Unión Africana, el 16 de febrero de 2022, en Bruselas. UE

Europa revisa sus relaciones con África

Con su plan de inversiones, la UE busca relanzar sus relaciones con África, muy afectada por la pandemia y la desestabilización causada por grupos islamistas, sobre todo en el Sahel. Al continente, sin embargo, no le faltan pretendientes internacionales.
Antoni Castel
 |  17 de febrero de 2022

La Unión Europea reúne a los dirigentes africanos en la sexta cumbre comunitaria con África, el 17 y 18 de febrero en Bruselas, para revisar las relaciones con un continente, muy afectado por la pandemia y la baja tasa de vacunación, que sufre la desestabilización causada por grupos islamistas en el Sahel, el norte de Nigeria, Somalia y el norte de Mozambique. Un continente al que no le faltan los pretendientes: China, primer socio comercial; Rusia, presente en Malí y República Centroafricana con los mercenarios de la empresa Wagner; Estados Unidos; Turquía, una apuesta del presidente, Recep Tayyip Erdogan, e India.

En la cumbre, la presidenta de la Comisión Europea, Ursula von der Leyen, dará más detalles del plan de inversiones en infraestructuras en África, dotado de 150.000 millones de euros. El plan, que forma parte del ambicioso Global Gateway (Puerta Global), pretende ser una alternativa a la Nueva Ruta de la Seda de China. Presentado el pasado diciembre por Von der Leyen, Global Gateway estará dotado de 300.000 millones de euros hasta 2027, de fondos públicos y privados, destinados a proyectos de infraestructuras fuera de la UE, en especial en los Balcanes, África, América Latina y el sureste asiático.

La semana previa a la cumbre, Von der Leyen viajó a Dakar para explicar al presidente de Senegal y presidente en ejercicio de la Unión Africana, Macky Sall, los puntos del plan para África, con inversiones en transportes, sanidad, energía y en proyectos que combatan el cambio climático. “Compartimos la visión de crear un espacio común de estabilidad y prosperidad”, enfatizó la presidenta al finalizar su viaje.

En la cumbre, la sexta entre Europa y África, el presidente francés, Emmanuel Macron, dejará su impronta. No solo porque Francia ejerce la presidencia semestral del Consejo de la Unión Europea, sino por las relaciones tensas con Malí a causa de la llegada de los mercenarios rusos y las declaraciones de sus dirigentes contra la presencia militar francesa.

 

«Macron, que considera África una prioridad, se enfrenta a un crecimiento del sentimiento antifrancés en el Sahel»

 

Macron, que ha asegurado en numerosas ocasiones durante su mandato que África es su prioridad, se enfrenta a un crecimiento del sentimiento antifrancés en el Sahel, que culminó con la expulsión del embajador en Bamako a finales de enero. La degradación de las relaciones bilaterales ha sido meteórica desde el golpe de Estado de agosto del 2020, en el que fue derrocado el presidente Ibrahim Boubacar Keïta. A dicho golpe le siguió otro nueve meses después, protagonizado por el coronel Assimi Goïta, que había participado en el anterior. Malí, Guinea y Burkina Faso no participarán en la cumbre, suspendidos por la UA por haber perpetrado un golpe de Estado.

En Malí, Europa se juega una pieza fundamental en la lucha contra la insurgencia islamista y el control de las redes de tráfico de personas, y un aliado tradicional en una región, el Sahel, inestable, de fronteras porosas. Pero no solo están en entredicho las relaciones con Francia, sino también la presencia militar, tanto de la Operación Barkhane francesa como de la europea Force Take Takuba. En la Operación Barkhane, cuya retirada gradual había sido anunciada por Macron en junio del 2021, participan unos 5.000 militares, desplegados en cinco países sahelianos, el denominado G5 Sahel: Mauritania, Malí, Níger, Burkina Faso y Chad.

En el caso de la Takuba Task Force, operativa desde marzo de 2020, está integrada por unos 900 militares europeos, en apoyo de Barkhane, de la misión de las Naciones Unidas (MINUSMA) y de tres misiones de apoyo de la UE: EUCAP Sahel Mali, EUCAP Sahel Niger y EUTM Mali.

Ante la escalada verbal de Goïta, Macron anunció, a pocas horas del inicio de la cumbre, la retirada de la Operación Barkhane de territorio maliense. Contundente, el presidente francés arremetió contra el gobierno de Malí, al que acusó de preferir “los mercenarios rusos para proteger sus propios intereses antes que luchar contra el terrorismo”.

La fuerza Takuba también será retirada gradualmente. Su continuidad ya estaba en el aire tras la expulsión de los 90 militares daneses, acusados de haberse desplegado sin el consentimiento maliense, y la decisión del Parlamento sueco de retirar a sus tropas, en respuesta a la llegada de los rusos de Wagner. Barkhane continuará operativa en los otros países sahelianos, en especial Níger y Burkina Faso, cuyos dirigentes mantienen buenas relaciones con Francia. Débiles militarmente, los dos países necesitan de la presencia francesa para contener a los islamistas.

 

«China ha prometido la entrega a África de 1.000 millones de dosis de vacunas contra el Covid-19, 600 millones como donación y 400 ‘bajo otras formas’»

 

Malí es un ejemplo de la creciente influencia de otros actores en un continente que se suponía que era territorio exclusivo, tras el fin de la guerra fría, de Europa y EEUU. A la ofensiva de China, propiciada por su espectacular crecimiento económico, le ha seguido el retorno de Rusia durante la presidencia de Vladímir Putin, y la consolidación de Turquía, de la mano de Erdogan, como socio comercial, con una fuerte presencia en el cuerno de África, sobre todo en Etiopía. Con inversiones más modestas que las chinas, India tiene a su diáspora en el este de África como su punta de lanza.

Si Europa reúne a los países africanos en su sexta cumbre en Bruselas, China celebró en diciembre en Dakar su octava edición del Foro por la Cooperación China África (FOCAC). Celebrado a distancia, el presidente chino, Xi Jinping, puso freno a las inversiones, apoyó el Acuerdo de Libre Comercio Continental Africano (AfCFTA, por sus siglas en inglés) y prometió la entrega de 1.000 millones de dosis de vacunas contra el Covid-19, 600 millones como donación y 400 “bajo otras formas”. En cuanto a Turquía, realizó la tercera reunión con África en Estambul en diciembre. La anterior se había celebrado en Malabo (Guinea Ecuatorial).

Las vacunas chinas son un buen regalo en un momento en que los dirigentes africanos y diversas ONG reclaman a Europa que suspenda los derechos de propiedad de dicho producto. Según la Organización Mundial de la Salud (OMS), solo el 11% de la población africana está vacunada. Y se necesita multiplicar por seis el ritmo de vacunación para llegar al 70% de la población vacunada en julio de este año, el objetivo de la OMS.

Ante las críticas, Von der Leyen replicó en Dakar que la UE era uno de los mayores donantes de vacunas del mundo, cuyo propósito era regalar 450 millones de dosis a África antes de verano. En cuanto a las patentes, la presidenta de la Comisión defiende, como alternativa, la concesión de licencias y la inversión en centros de investigación, como el Pasteur de Dakar, que visitó durante su estancia en Senegal. La Unión Europea ha entregado a los países africanos unos 150 millones de vacunas mediante el fondo COVAX.

Deja un comentario

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *