Crisis alimentarias: ¿hasta cuándo?

 |  28 de julio de 2011

La hambruna que afecta el Cuerno de África ha vuelto a poner de relieve la necesidad de promover con un mayor ahínco la seguridad alimentaria. El 20 de julio Naciones Unidas declaró el estado de hambruna en dos regiones del sur de Somalia, Bakool y Lower Shabelle. La crisis afecta también al norte de Kenia y regiones meridionales de Etiopía, Yibuti y Uganda.

La peor sequía en 50 años ha afectado a 11 millones de personas en la región. Kenia y Etiopía cuentan con Estados capaces de canalizar recursos propios y ajenos para atender a la población. Somalia, en guerra desde 1991, no. Allí, la milicia integrista islámica de Al Shabab, que controla el sur del país y que la CIA vincula a Al Qaeda, ha impedido a las agencias humanitarias llegar a la población.

Como telón de fondo, los elevados precios internacionales de los alimentos. Desde que comenzó 2011 se ha producido una nueva subida de precios de las materias primas, la segunda en cuatro años. Se han visto especialmente afectadas las materias primas de uso alimentario, “las que más influyen en la vida de las personas con menos recursos”, explica Kattya Cascante, investigadora de la Fundación Alternativas.

Cascante analiza en un artículo para el último número de Política Exterior las consecuencias de la subida de precios, así como los posibles remedios para paliar la situación de inseguridad alimentaria. La seguridad en este campo se define por una producción suficiente a nivel mundial, unas garantías a nivel nacional de acceso a las importaciones de alimentos con precios internacionales estables y asequibles, y la posibilidad de que los hogares adquieran alimentos a precios también estables y asequibles en el mercado local.

Una de las claves para lograr alcanzar la seguridad es potenciar la agricultura en los países con déficit alimentario; también en aquellos donde el potencial de crecimiento agrícola es limitado, afirma Cascante, muchos de ellos ubicados en el continente africano, como Camerún, Ghana o Nigeria. “Encauzar el desarrollo agrícola exige superar tanto los problemas internacionales que suponen las barreras comerciales y los sistemas de reservas de los principales exportadores de alimentos –detalla Cascante–, como los problemas nacionales derivados de unas políticas agrícolas insuficientes, sistemas de protección social inadecuados, la falta de inversión en infraestructuras y la inestabilidad política”.

La situación en Somalia ejemplifica un caso extremo de inseguridad alimentaria. Según denuncia la ONG Médicos Sin Fronteras (MSF), miles de personas que abandonan Somalia en busca de comida y atención médica se enfrentan a numerosos retrasos para llegar a los campos de refugiados. Esto se debe a la política oficial de fronteras cerradas y a los obstáculos administrativos que les ponen en los centros de recepción por los que tienen que pasar, en Kenia y Etiopía. “Tras días y días caminando sin apenas comida ni agua, e interminables horas de espera en estos campos de tránsito –detalla MSF–, se ven obligados a competir por la limitada ayuda que queda disponible en unos campos caóticos y superpoblados como los de Dadaab, en Kenia, o los de Dolo Ado, en Etiopía”.

De acuerdo con la ONG Intermón Oxfam, el comunicado de la ONU sobre la hambruna en Somalia es una alerta sobre la magnitud de este desastre, pero también un toque de atención para encontrar las soluciones necesarias para limitar las muertes por hambre ahora y en el futuro. Según Oxfam, “la hambruna es un ‘triple fracaso’ en la producción de alimentos, en la capacidad de la gente para tener acceso a los alimentos y, más importante, en la respuesta política de los gobiernos y los donantes internacionales”.

Para paliar el desastre, el Programa Mundial de Alimentos (PMA) de la ONU ha abierto un puente aéreo para enviar alimentos infantiles desde Nairobi a Mogadiscio, capital de Somalia. El PMA ha explicado que durante varios meses ha sufrido un déficit en la cantidad de alimentos que precisa para ayudar al creciente número de hambrientos y que, pese a haber solicitado mayores aportaciones, en junio tuvo que reducir temporalmente la distribución. “En la primera quincena de julio recibimos nuevos suministros –explica en una nota el PMA–, y los repartimos todos los días entre la población más necesitada de Somalia, a pesar de que 14 de nuestros empleados han sido asesinados en ese país en los últimos dos años”.

Para más información:

Kattya Cascante, “Crisis alimentaria: un consenso por la agricultura”. Política Exterior núm. 142, julio-agosto 2011.

Teresa Cavero, «Erradicar la pobreza extrema y el hambre». Economía Exterior núm. 55, invierno 2010-2011.

Médicos Sin Fronteras, “Somalia: éxodo masivo de personas en busca de comida y atención médica”. Noticia, julio 2011.

Economía Exterior 45 (verano 2008) dedico el número a los precios de los alimentos. Para acceder al índice, haga clic aquí.

 

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