El gobierno de Peña Nieto despega

 |  15 de marzo de 2013

 

La clave del éxito de todo nuevo gobierno se haya en su impulso reformista inicial. Tras meses en el poder, éste acaba por diluirse, si no agotarse. Por ello, hay que aprovechar el tiempo, como parecen saber los nuevos dirigentes de México. El 1 de diciembre de 2012, como manda la Constitución, se realizó el traspaso de poderes de Felipe Calderón a Enrique Peña Nieto, en un ambiente más distendido que el que le tocó enfrentar al primero seis años antes. Desde entonces, el ambiente de cooperación se mantiene y, a rebufo, el impulso reformista cabalga con fuerza.

El Financial Times habla de una “revolución mexicana”. “There is no siesta for Peña Nieto –afirma el diario en su editorial– en su intento de modernizar México”. Los cambios de gobierno siempre abren nuevas oportunidades y “México se encuentra en condiciones para explotar sus posibilidades de desarrollo –afirma Carlos Elizondo en este artículo para Política Exterior 151–. Falta ver si el gobierno de Peña Nieto logra cumplir con el ambicioso catálogo de cambios que se ha planteado”.

Standard & Poor’s ha anunciado que podría elevar la calificación de la deuda soberna mexicana si el presidente mexicano logra sacar adelante en el Congreso reformas estructurales que permitan la participación de capital privado en el sector energético y una mayor apertura a la competencia en el sector de las telecomunicaciones.

Por el momento, la segunda de las reformas da sus primeros pasos. La iniciativa que Peña Nieto ha enviado al Congreso reconoce en la Constitución el derecho de acceso a las Tecnologías de la Información y la Comunicación, incluyendo el servicio de Banda Ancha, así como el libre acceso a la Información. La inciativa propone un conjunto de reformas para generar mayor competencia en telefonía, servicios de datos, televisión y radio. Además, se abre la licitación de dos nuevas cadenas de televisión. Estos cambios supodrían un terremoto en dos mercados con fuertes oligopolios implantados.

En ambos dominan las grandes fortunas y los imperios empresariales. En el caso de las telecomunicaciones, el rey es el hombre más rico del mundo, Carlos Slim, cuya América Móvil controla el 70% de un mercado de 100 millones de teléfonos móviles y fijos. En el mercado televisivo dominan la Televisa de Emilio Azcárraga (70% del mercado) y la TV Azteca de Ricardo Salinas Pliego (30% restante). El nuevo regulador propuesto por el gobierno del PRI, el Instituto Federal de Telecomunicaciones, que supervisará y controlará el sector, habrá de asegurar que ninguna compañía supere el 50% de cuota de mercado. Según el expresidente Calderón, el sector corporativo mexicano acaba repercutiendo en el consumidor, que de media acaba pagando por bienes y servicios un 40% más de lo que debería. Por lo general, por servicios que no son todo lo bueno que cabría desear, añade el Financial Times.

En el caso del sector energético, la tarea reformista se presenta más difícil si cabe. Un 30% de los ingresos del gobierno proviene del petróleo, pero la falta de nuevos descubrimientos y el agotamiento de los viejos pozos han provocado una caída de la producción del 24% desde 2004. Elizondo la califica como “la madre de todas las reformas”. Pemex ha sido un icono del nacionalismo revolucionario desde su expropiación de 1938. El monopolio que ejerce incluye no solo exploración y producción de hidrocarburos, sino la petroquímica básica.

Como explica Elizondo, después de décadas de autoritarismo, los ganadores de la democracia mexicana no han sido fundamentalmente los ciudadanos. Cierto que el voto es el mecanismo que determina la voluntad del ciudadano y por ende quién gobierna, pero son los intereses corporativos o los actores con mayor peso propio quienes, en la mayoría de los casos, determinan cuánto y cómo se puede gobernar, afirma el autor. Se suele pensar que en este rubro solo están los grandes empresarios, pero tan poderosos o más son los grandes sindicatos del sector público, por ejemplo. Peña Nieto, por el momento, parece dispuesto a enfrentarse a todos ellos.

 

Para más información:

Carlos Elizondo Mayer-Serra, «El ambicioso regreso del PRI». Política Exterior 151, enero-febrero 2013.

 

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