Esta semana en Informe Semanal de Política Exterior

 |  21 de diciembre de 2009

Las constructoras emigran al exterior.

Los grandes grupos constructores españoles, en realidad grupos industriales y de servicios diversificados, cerrarán el más que difícil ejercicio de 2009 con ligeros descensos de facturación, lo que supone todo un hito teniendo en cuenta que este año ha sido uno de los peores en la historia del sector de la construcción en España y en otros en los que esas empresas tienen la máxima exposición: energía, autopistas y concesiones de infraestructuras, aeropuertos, handling e instalaciones eléctricas.
Ferrovial, por ejemplo, cerró el tercer trimestre con una caída de apenas el 7,6%, FCC con el 8,6% y Acciona con el 9,6%. ACS logró incluso un aumento del 2%. Pero la caída de su facturación en el mercado interno español fue más pronunciada: el descenso de los ingresos de construcción de Ferrovial hasta septiembre fue del 16% y los de FCC de un 18,2%.
¿Cómo han logrado evitar una debacle en sus cuentas de resultados? La respuesta es sencilla: poniendo en valor su creciente prestigio internacional para hacerse con contratos en Europa, EE UU y Latinoamérica. Esa reputación, que se basa en su capacidad para desarrollar grandes obras con la máxima fiabilidad, a los mejores precios y en los tiempos más cortos, se puso de relieve hace unos meses con la adjudicación a Sacyr de las obras de ampliación del canal de Panamá, un contrato por valor de 2.230 millones de euros.
Otro caso es el de OHL, que se ha convertido en México en la favorita para la construcción y gestión de la mayor planta de depuración del mundo frente a Ideal, el grupo de infraestructuras del magnate mexicano Carlos Slim. OHL ha ganado además licitaciones públicas para la construcción de una planta de silicio en China y de un tramo del metro de Miami por 1.200 millones de dólares. Por su parte, Acciona ha conseguido contratos para una autopista en Polonia; FCC para construir cuatro estadios de fútbol en ese mismo país; Ferrovial para autopistas en Polonia y EE UU por valor de 4.000 millones de euros; e Isolux Corsam para una autopista en India por 340 millones de euros.
En todos esos países existen constructoras muy competitivas. Pero las españolas han logrado un know-how técnico casi imbatible en sectores muy especializados como las concesiones de autopistas, la depuración de agua, los servicios medioambientales o la gestión y reciclado de residuos.
Esas capacidades y el estancamiento del mercado interior, en especial en el sector inmobiliario, las han empujado a apostar sus mejores cartas en el exterior, donde operan en cerca de 70 países. Según la patronal SEOPAN, a lo largo de este año han logrado aumentar su cartera internacional desde los 18.600 millones de euros de 2008 hasta los 21.000 millones de este año. Su facturación exterior ha crecido en ese periodo cerca de un 20%. Hasta el tercer trimestre de 2009, el negocio internacional de ACS pasó del 20,6 al 23,1%, el de FCC del 41,2 al 44,2% y el de Ferrovial (en construcción sólo) del 38,4 al 42,4%.

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