Zona euro: Alemania tendrá que decidir pronto

 |  4 de junio de 2012

 

Esta semana en Informe Semanal de Política Exterior: la crisis se agrava.

La oposición de Alemania a la mutualización de la deuda europea a través de los eurobonos no se debe exclusivamente a su temor a tener que pagar más por emitir deuda pública. A su histórica aversión a la inflación, se suman el cansancio por ser siempre el principal nettozahler (contribuyente neto) al proyecto europeo y la experiencia de la reunificación.

Para financiar los más de dos billones de dólares transferidos desde 1991 a los nuevos länder, los alemanes occidentales soportaron la imposición del llamado solidaritätszuslag, un suplemento fiscal de “solidaridad” con los alemanes del Este. Aún así, 20 años después, en los länder occidentales el desempleo es del 6%, y en los orientales del 11%, que todavía tienen una renta per cápita un 25% inferior. La percepción en gran parte del país es que las enormes inversiones en infraestructuras no han redundado en el aumento de la productividad y el crecimiento buscados.

Otra gran república federal, EE UU, tiene una experiencia similar. Entre 1990 y 2009 Estados como Minesota y Delaware pagaron anualmente como promedio un 10% más de su PIB de lo que obtuvieron en transferencias del gobierno federal. En cambio, en ese mismo periodo, Nuevo México, Misisipí y West Virginia recibieron subsidios anuales de más del 12% de su PIB.

Esos datos ilustran lo que implica una unión fiscal entre Estados disímiles. Si ese tipo de unión fuera la solución de la crisis del euro, los países del Norte tendrían que aumentar los subsidios a los países del Sur. Pero Alemania insiste que la zona euro no fue creada para permitir subsidios permanentes. Por ello, la solución planteada por Berlín se refleja en el plan de seis puntos que la canciller, Angela Merkel, está preparando con sus ministerios de Hacienda y de Economía. La prioridad es crear puestos de trabajo a base de reducir las indemnizaciones por despido, establecer incentivos para la contratación por parte de las pymes, crear zonas económicas fiscales especiales, flexibilizar la regulación medioambiental y crear un sistema educativo dual como el alemán, en el que la formación profesional incluya un periodo de prácticas en las empresas del sector, orientado especialmente a los jóvenes.

Sin embargo, la experiencia pone en duda la relación causa-efecto entre la reducción de costes salariales y el mayor crecimiento económico y el aumento de las exportaciones alemanas (un 7,3% anual medio durante el periodo 1998-2008). El éxito exportador alemán se debe principalmente a su especialización en bienes de capital de alto valor añadido.

En 2010, la Comisión Europea publicó un estudio que estimaba que solo el 0,3% del crecimiento exportador alemán se debía a la reducción del precio de los productos exportados. En esa misma línea, otros estudios estiman que una reducción del 10% de los precios de los productos alemanes solo redundaría en un 4% de aumento de su volumen exportador. Por ello, la apreciación del euro entre 2002 y 2008 apenas redujo las exportaciones. Atendiendo a las características exportadoras de los países periféricos, es dudoso que las reducciones salariales se vayan a traducir en una mayor competitividad o para que pudieran competir con éxito con las exportaciones alemanas.

 

Para más información:

Thomas Klau y Ulrike Guérot, «La UE necesita un eje franco-alemán renovado». Política Exterior 147, mayo-junio 2012.

Jochen Thies, «La titubeante potencia central europea». Política Exterior 147, mayo-junio 2012.

Carlos Carnero, «Para retornar a la Europa del consenso». Política Exterior 147, mayo-junio 2012.

 

1 comentario en “Zona euro: Alemania tendrá que decidir pronto

Deja un comentario

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *