Soldados israelíes en los Altos del Golán, en la frontera norte con Siria, el 7 de julio de 2018. JALAA MAREY/AFP/GETTY

La frontera más caliente de Israel

Ana Garralda
 |  30 de enero de 2019

La frontera norte encabeza en estos momentos la jerarquía de prioridades de seguridad para el gobierno de Israel. Y lo es por encima de la valla perimetral que rodea la franja de Gaza, a pesar de las tensiones que se reproducen recurrentemente debido a los disturbios o el lanzamiento de artefactos incendiarios. Frente a los esfuerzos de los militares para aplacar las constantes demandas de bombardeos por parte de los residentes del sur del país con la excavación de una fosa y la construcción de un muro subterráneo –que ha de prevenir la penetración de túneles en su territorio–, las Fuerzas Armadas isaelíes hacen maniobras y ejercicios constantes en las áreas fronterizas con Líbano y Siria.

Allí se ha incrementado el número de patrullas ante el aumento de operativos de Hezbolá, según ha informado el servicio de inteligencia militar (Aman). Igualmente, se mantienen preparados los refugios antiaéreos de los kibbutzim ubicados en la frontera tales como el de Misgav Am, así como los búnkeres de ciudades limítrofes como Metula. Al mismo tiempo, continúa la construcción un nuevo muro en distintos tramos de la frontera, que se ha venido a añadir a la verja inteligente que había hasta ahora.

El jefe del estado mayor saliente, Gadi Eisenkot –que acaba de entregar el testigo al general Aviv Kochavi– ha dejado recientemente el cargo asegurando que una de sus principales preocupaciones durante su gestión han sido los esfuerzos atribuidos por el Aman a la República Islámica de Irán por abrir un nuevo frente contra Israel en el norte, su empeño en consolidar sus posiciones en Siria y sus actividades para fortalecer a Hezbolá. El militar afirmó que desde el final de la inconclusa contienda del verano de 2006, la milicia chií ha contado con un constante flujo de financiación y apoyo armamentístico iraní y ha forjado un sofisticado plan –basado principalmente en la construcción de túneles subterráneos que penetrasen en territorio israelí– para conquistar algunas plazas fronterizas, como las poblaciones de Misgav Am y Metula.

Para neutralizar este propósito, el Ejército israelí ponía en marcha el pasado diciembre la llamada Operación Escudo del Norte. Según uno de sus portavoces militares, el teniente coronel Jonathan Conricus, llegaron a descubrir y neutralizar seis túneles subterráneos, uno de los cuales se extendía a lo largo de 800 metros. Este, cuya entrada estaría bajo una vivienda de la localidad fronteriza de Ramyeh, tendría dos metros de alto, uno de ancho y penetraría medio centenar de metros dentro de Israel. Según Conricus, se trataría del túnel más largo y preciso de todos los descubiertos hasta la fecha, dado que estaría equipado con un sistema de iluminación eléctrica, raíles para transporte y escaleras en algunos de sus tramos.

Desde que Israel y Hezbolá aceptasen –a instancias de la resolución 1701 del Consejo de Seguridad de la ONU– el cese de hostilidades tras la corta pero intensa guerra que libraron durante el verano de 2006, la frontera israelo-libanesa ha vivido una larga fase de calma tensa que dura ya más de una década. Un periodo de tranquilidad interrumpido por incidentes esporádicos como el ocurrido en febrero de 2018, cuando cazabombarderos israelíes invadieron abiertamente el espacio aéreo libanés para atacar posiciones sirias e iraníes en Siria, una vez que un dron de supuesta fabricación iraní fuera lanzado desde este territorio y penetrase en Israel. En una de las incursiones de los F-16 hebreos, uno de ellos fue alcanzado por baterías antiaéreas sirias, pudiendo sus pilotos abandonar la aeronave antes de que ésta cayera en los Altos del Golán.

 

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Tensiones crecientes entre Israel y Hezbolá

De acuerdo a la inteligencia israelí, la milicia libanesa está desplegada por casi todo el sur de Líbano –a excepción de algunos pueblos suníes de la zona–, en donde además tiene lugar una fluida colaboración con el Ejército regular libanés (detalle que no es negado ni confirmado desde la portavocía de la fuerza de interposición de la ONU, Finul. “Si estás en Metula y miras hacia allá ves que desde el fin de la guerra Hezbolá ha cambiado su estrategia”, asevera el analista de seguridad Kobi Marón. “En lugar de asentarse a lo largo de la demarcación, como hicieron entre el 2000 y el 2006, se han instalado unas millas más allá para construir búnkeres y bases de lanzamiento de misiles junto a poblaciones civiles”, afirma este reservista.

Según Maron, la milicia chií dispone hoy día de mayores capacidades que hace 12 años. “Disponen de fuerzas especiales desplegadas cerca de la frontera, tienen más de 130.000 misiles que pueden alcanzar cualquier punto de Israel, y han ganado una enorme experiencia combatiendo en Siria”, continúa. “Sabemos que tienen planes de atacar a comunidades israelíes como Metula o Misgav Am en caso de guerra, por eso nos estamos preparando con el muro y otras capacidades”, agrega.

El primer ministro israelí, Benjamin Netanyahu, ha advertido en repetidas ocasiones de las líneas rojas que, de traspasarse, podrían generar un nuevo conflicto armado. “La política israelí es muy clara”, señala Maron. “Lo primero es que no vamos a permitir a Hezbolá y a los iraníes estar en la frontera de los Altos del Golán, donde sabemos que están –puntualiza–. Tampoco que la milicia chií se haga con tecnología avanzada iraní o que se construyan bases en Siria desde las que se puedan alcanzar centros estratégicos de Israel”.

Por su parte, el secretario general de Hezbolá, Hasan Nasralá, amenaza recurrentemente al Estado hebreo de las posibles consecuencias que tendría efectuar un ataque contra Líbano o continuar con la construcción del muro dentro de territorio libanés. Amenazas mutuas azuzadas además por el contencioso –de momento solo verbal– que Israel y Líbano mantienen por la explotación marítima (de gas y petróleo) de una franja de mar de unos 860 kilómetros cuadrados situada en Mediterráneo, en la línea azul marina que ambos países se disputan. Un contencioso sobre el que los principales líderes políticos libaneses, encabezados por el presidente, Michel Aoun, y respaldados por el Ejército, han acordado responder de forma unitaria.

Advertencias cruzadas que podrían desembocar en una futura contienda militar en la que ninguna de las partes parece hoy interesada, en cuanto que sigue vivo el trágico balance de la Segunda Guerra del Líbano: más de 1.200 muertos libaneses (la mitad de ellos civiles) y 157 fallecidos israelíes (la mayoría militares). Un coste humano potencial que hará que, tanto en Jerusalén como en Beirut, se lo piensen varias veces antes de enzarzarse en un nuevo enfrentamiento armado, máxime cuando los residentes de un lado y otro de la frontera disfrutan de esa tranquilidad que dura ya más de 12 años. Una calma tensa que de romperse desembocaría inexorablemente en una guerra con un nivel de destrucción sin precedentes.

1 comentario en “La frontera más caliente de Israel

  1. Todas las fronteras de Israel son calientes, si bien la del norte sea probablemente hoy la más peligrosa.
    Israel no puede acostumbrarse a recibir proyectiles Qassam desde Gaza, pero suele recibirlos. Una vez respondieron con dureza, operación «plomo fundido»; por lo que fue duramente criticado. Fue un desastre. Pero los proyectiles se siguen lanzando. ¿Porqué?; será para provocar otra reacción de Israel. Mientras, la población gazatí subsiste por la ayuda internacional.
    No alcanzo a entender la provocación.
    Ahora nos preocupamos por la frontera norte con Líbano y Siria, puede que por los Altos del Golán; aunque todos sabemos que Israel mantendrá esta posición tan estratégica.
    Puede que Hasan Nasrala se sienta fuerte con su partido milicia Hezbola muy experimentada y potente trás sus «ejercicios» en Siria y se permite amenazar a Israel.
    Pero debieran saber que nadie conoce la fuerza y las armas de Israel, su inteligencia, preparación y determinación.
    Así el carro de combate Merkava procede en su inicio de otro, pero con las mejoras adicionales es un nuevo carro, en potencia de fuego, velocidad, detección enemiga y rápida respuesta, además de su alta adaptación al terreno
    Y, así son las armas, naves aéreas y misiles, siempre mejorados con tecnología propia muy puntera que jamás comparten.
    Las fuerzas armadas israelís precisan este plús, también en sus efectivos humanos.
    Sus soldados no son «rambos», ni Rangers ni Seals, pero todos son los mejor preparados y capacitados.
    Uno se preguntaría porqué tanta atención a sus fronteras. Seguramente es porque les va en ello su permanencia.

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