La peligrosa deriva alemana y el futuro del euro

 |  23 de febrero de 2011

Algo ha cambiado en Alemania. La sociedad en su conjunto y tras ella las elites y el gobierno del país, los alemanes han dejado de mirar a Europa con ilusión. El desencanto y el miedo son ahora los sentimientos predominantes. Según sondeos recientes, el 57% de los alemanes desea volver al marco. Esta nueva situación explica en parte la vacilante actitud de la canciller Angela Merkel en torno al rescate de Grecia, la reticencia ante la ampliación del fondo de rescate, la Facilidad Europea de Estabilidad Financiera (FEEF), o el rechazo de plano de los eurobonos.

“Veinte años después de la reunificación, la relación de Alemania con Europa ha cambiado, al mismo tiempo que la identidad europea del país ha sido erosionada desde la política de normalización del canciller Gerhard Schröder”, explica Ulrike Guérot, investigadora del European Council on Foreign Relations. Guérot se preguntaba en un memorando de noviembre de 2010 cuán europeísta es la nueva Alemania. Respuesta: menos, mucho menos que antes.

Hoy en día, Alemania defiende lo que considera sus intereses nacionales dentro de Europa. Se siente sobrepasada y cansada de liderar la Unión. Su opinión pública ha perdido el antiguo entusiasmo por la integración europea, mientras el sistema político se fragmenta y queda parcialmente infectado por un virus populista y euro-escéptico. El caso del Partido Liberal (FDP), compañero de coalición de la Unión Demócrata Cristina (CDU) de Merkel, es sintomático: tentados por la senda populista, se han opuesto desde un principio a la FEEF, al igual que a una solución para la gestión de la deuda en la zona euro a nivel supranacional. Mientras tanto, el barco del euro zozobra.

Este desencanto alemán llega en una época crítica para la Unión Europea, en efecto, que se juega su futuro en el terreno de la economía. Las circunstancias parecen demandar una mayor integración, tanto económica como política. Pero los alemanes no están por la labor de pagar lo que consideran los platos rotos de sus irresponsables vecinos periféricos.

¿Y su representante, la canciller Merkel? La gran incógnita. Su pedigrí europeísta será puesto a prueba en los próximos Consejos Europeos de marzo y junio, que serán clave para conocer el derrotero que toman los países de la Unión en la resolución de la crisis de la eurozona.

Tres días después del Consejo Europeo del 24 de marzo, se celebrarán elecciones en Baden-Württemberg, para la CDU mucho más importantes que las pasadas de Hamburgo (saldadas con una estrepitosa derrota), y donde las encuestas de opinión les son también muy desfavorables. Esto reduce el margen de maniobra de Merkel en el Consejo, una situación parecida a la que se vivió en 2010 con las elecciones de Renania del Norte-Westfalia, condicionante que afectó la gestión del rescate de Grecia.

Para más información:

José Enrique de Ayala, «Carta de Europa: La recurrente crisis del euro y las reticencias de Alemania». Política Exterior núm. 139, enero-febrero 2011.

José Enrique de Ayala, «Carta de Europa: Crece el nacionalismo, un nuevo problema en la UE». Política Exterior núm. 136, julio-agosto 2010.

Ulrike Guérot, «‘El rapto de Europa’: la crisis desde Alemania». Política Exterior núm. 136, julio-agosto 2010.

José Enrique de Ayala, «Carta de Europa: El rescate de Grecia». Política Exterior núm. 134, marzo-abril 2010.

Jochen Thies, «De nuevo, Angela Merkel». Política Exterior núm. 132, noviembre-diciembre 2009.

1 comentario en “La peligrosa deriva alemana y el futuro del euro

  1. MUY BUEN ARTICULO PERO DEBERIAN DEJAR ACCESO A ELLOS ALOS QUE YA PREFERIMOS SU REVISTA Y SU SITIO

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