Marruecos-España: nuevo escenario, nuevas oportunidades

 |  18 de enero de 2012

 

Con su visita a Marruecos, Mariano Rajoy cumple con una tradición de los jefes de gobierno españoles desde hace más de 30 años. En marzo de 1983, tras haber sido elegido por mayoría absoluta en los comicios del año anterior, Felipe González realizó su primer viaje al extranjero como presidente de gobierno. Destino: Marruecos. Desde entonces, sus sucesores han continuado con esta tradición, señalando las relaciones con el país vecino como una de las claves de la política exterior española.

“Las relaciones con Marruecos deben ocupar un lugar prioritario”, escribía Rajoy en un artículo para Política Exterior 144, donde desgranaba su visión de Europa y España en el mundo. “Durante demasiado tiempo los europeos hemos priorizado en las relaciones con estos vecinos el valor de la estabilidad –reconocía el jefe de gobierno español–, cuando de lo que se trataba para los dirigentes de algunos de estos países era simplemente perpetuarse en el poder”. Lo que corresponde en estos tiempos de cambio de la “primavera árabe”, exponía Rajoy, es favorecer transformaciones democratizadoras procurando que la libertad, la justicia y la prosperidad se consoliden.

Tres países sacudidos por la “primavera árabe” –en mayor o menor medida– han celebrado elecciones. En los tres casos se han producido victorias islamistas. Ennahda en Túnez, los Hermanos Musulmanes en Egipto y el Partido Justicia y Desarrollo en Marruecos. En este último caso, lo importante no es quién ha ganado las elecciones, según explica Zouhir Louassini en este artículo para Afkar/Ideas 32, sino la participación.

En los comicios de 2007 la participación registrada fue del 37%; esta vez ha superado el 45%. “Un porcentaje mayor –reflexiona Louassini–, pero no lo suficiente como para hablar de una participación masiva, sino todo lo contrario”. Según el periodista marroquí, la falta de confianza de la población en el juego político es claramente manifiesta, si consideramos que estas elecciones se han presentado como un punto de inflexión en la historia de la democratización en Marruecos.

Marruecos está sin duda inmerso en un proceso histórico de transición sin ruptura, como explica Ángel Llorente en este informe del Real Instituto Elcano, “pilotada desde el régimen político por el propio monarca, que parece haber tomado en serio las demandas populares de libertad, democracia y justicia social”. Mohamed VI puede sentirse satisfecho porque, a pesar de las llamadas al boicot de los integrantes del Movimiento 20 de febrero o de los islamistas del partido prohibido Justicia y Espiritualidad, la participación ha sido la más alta de la historia en Marruecos desde su llegada al poder. Estamos, pues, al comienzo del camino que puede llevar a este país árabe a dejar atrás la “primavera” que ha cubierto la región de revoluciones, como explica Louassini, para llegar al terreno de la estabilidad. Pero ojo, advierte éste: “Marruecos no ha salido aún del túnel, y quien así lo crea es un iluso”.

La agenda bilateral viene marcada por la reciente decisión del Parlamento Europeo de vetar la prórroga del tratado de pesca de la Unión Europea con Marruecos, que permitía a pescadores españoles, entre otros, faenar en aguas del Sáhara Occidental. Otros temas atañen a la cooperación en materia de inmigración y la lucha antiterrorista. Como telón de fondo, los territorios españoles en el norte de África, que suponen 32 kilómetros cuadrados: 19 para Ceuta y 12 para Melilla; el restante kilómetro cuadrado, a repartir entre las tres islas Chafarinas, los peñones de Vélez y Alhucemas y la isla Perejil, en el Atlántico. Marruecos no reconoce estas fronteras marítimas y terrestres en el norte de África, y reclama para sí la soberanía.

Y gravitando sobre la cuestión territorial, el Sáhara Occidental.

 

Para más información:

Zouhir Louassini, «Marruecos, la victoria islamista». Afkar/Ideas 32, invierno 2011-2012.

Miguel Hernando de Larramendi y Laurence Thieux, «Los regímenes marroquí y argelino ante las protestas». Afkar/Ideas 30, verano 2011.

Driss Ksikes, «Marruecos: ni excepción ni contagio». Afkar/Ideas 29, primavera 2011.

Bernabé López, «Sahara-Marruecos: el miedo a la autonomía». Política Exterior 139, enero-febrero 2011.

Gonzalo Escribano, «Marruecos en el nuevo mapa económico mediterráneo». Real Instituto Elcano, noviembre 2011.

Susi Denisson, Nicu Popescu y José Ignacio Torreblanca, “A chance to reform: how the EU can support democratic evolution in Morocco”. ECFR, mayo 2011.

Omar Radi, «Economía: ¿quién ocupa el poder en Marruecos? «. AFkar/Ideas 27, otoño 2010.

Beatriz Mesa, «El despegue de Marruecos «. Afkar/Ideas 27, otoño 2010.

Driss Ksikes, «La prensa, bajo presión en Marruecos «. Afkar/Ideas 26, verano 2010.

 

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