Mujeres en el Estado Islámico: la llamada de la yihad

 |  11 de marzo de 2015

El Estado Islámico, ese califato o pseudoestado controlado por un ejército de guerreros islamistas, también es lugar para mujeres. Todo empieza cuando Umm Ubaydah se pregunta en las redes sociales si podría traer a una mujer y ponerla en el campo de batalla, en octubre de 2014. Ella es hoy su máxima reclutadora. En el califato que se intenta construir, son una pieza clave y se necesita atraerlas. Su aparato propagandístico es tan efectivo que incluso ha calado en Occidente. Según el informe «Becoming Mulan? Female Western Migrants to ISIS» publicado por el Institute for Strategic Dialogue en enero de 2015, al menos 550 mujeres de Europa occidental se habrían unido a las filas de la organización en Siria e Irak.

Las extranjeras que se enrolan en el Estado Islámico (EI) saben que tienen que dejar a sus familias. En ese sentido, la fe en Alá y en la causa es muy fuerte, y puede afrontar los obstáculos emocionales. Muchas familias no entienden o aceptan la decisión de sus mujeres de abandonar su hogar y convertirse en muhajirah (inmigrantes) en Oriente Próximo. El viaje a Siria o Irak suele hacerse a través de Turquía. En esta odisea, las mujeres tienen que afrontar diversos obstáculos, como las preguntas del ejército turco. Si superan esta fase (aquí muchas son detenidas y devueltas a sus países de origen), estarán cerca de llegar a los territorios controlados, donde tendrán que insertarse en la vida diaria del autoproclamado califato. Las solteras se alojan un una especie de hostal para mujeres (maqqar), sin pagar nada, y reciben una asignación mensual. Si la mujer está casada, se entrega al matrimonio una casa y regalos, que suelen consistir en objetos de algún botín de guerra.

El principal papel de la mujer que llega voluntariamente al EI es el doméstico. Aunque algunas están en primera línea de batalla, esto no es lo habitual. Su destino es ser esposas de los guerreros y madres de sus hijos. A principios de 2015, la propia organización publicaba Mujer en el Estado Islámico: manifiesto y estudio de casos, donde se expone su visión del papel de la mujer en la sociedad. Dice cosas como que “fue hecha de Adán para Adán”, o que es legítimo que una niña se case a los nueve años. En él se habla un plan especial educativo para las mujeres, que incluye aspectos que consideran fundamentales para llevar un hogar. Los empleos son labores reservadas a los hombres, excepto cuando ellas vayan a unirse al campo de batalla, estudiar teología y ejercer de médicos o profesoras para mujeres.

La guerra santa se ha modernizado, haciéndose más accesible a quienes quieran unirse. La mujer desempeña un papel clave. En primer lugar, son necesarias para su funcionamiento desde la base: se necesitan familias que permitan que el califato crezca y se perpetúe en el tiempo. También buscan médicos, profesoras y fuerzas de seguridad que garanticen ciertos servicios a las mujeres. Otra importante razón es que, cuando reclutan a hombres, les prometen una mujer. Las necesitan para mantener a los combatientes contentos. El Estado Islámico las recluta mediante promesas de un marido y una vida idílica, pero la realidad es que allí las mujeres se convierten en un mero instrumento.

Diario de una yihadista

 

Europeas en el «califato»

El fenómeno de las mujeres occidentales en el EI es cada vez más popular. El proceso de reclutamiento tiene varios caminos, pero fundamentalmente se hace a través de las redes sociales, por ejemplo Facebook, Twitter o blogs con consejos, como Diary of a Muhajirah, en Tumblr. Usadas de forma habitual por miembros del EI, son un importante foco de captación. Aunque también se puede advertir que muchos yihadistas extranjeros tuvieron un acercamiento a la organización de una manera más personal, a través de amigos o conocidos que actúan de puente entre la persona que va a ser reclutada y un líder carismático que intentará persuadir. En Europa saltaron las alarmas con el caso de las dos jóvenes austriacas de 15 y 16 años de edad que en abril de 2014 pusieron rumbo a Siria para unirse al EI. Casadas con yihadistas y luego embarazadas, las jóvenes se sintieron decepcionadas con el estilo de vida del califato, pero no tenían posibilidades de regresar. Estaban atrapadas. Una de ellas, según un responsable de la ONU, habría muerto combatiendo; la otra está desaparecida.

El perfil de las europeas en el Estado Islámico está cambiando. Cada vez se reclutan chicas más jóvenes, que viajan con la intención de quedarse allí, en busca de una vida mejor. Muchas se sienten atraídas por casarse con un “guerrero islámico”, idolatrando la figura del hombre que se sacrifica por la causa. Son también un instrumento de propaganda, con el objetivo de forjar la idea de que no se trata de un grupo terrorista, sino de un Estado al que todos los musulmanes deben unirse.

 

La «yihad sexual», el destino de las prisioneras

A finales de 2014 saltaba la noticia de que el Estado Islámico había ejecutado a unas 150 mujeres en Faluya (Irak) por negarse a cumplir la yihad sexual. La mayoría de estas mujeres eran prisioneras secuestradas por la organización. Su destino: ser vendidas como esclavas, u obligadas a casarse por horas con los terroristas, convirtiéndose en víctimas de la explotación sexual. Según informaba el Centro de Control de la Amenaza Yihadista y Terrorista (JTTM), el Estado Islámico ha emitido una serie de instrucciones sobre el trato hacia mujeres capturadas. Los guerreros se consideran “dueños” de estas prisioneras, que pueden ser compartidas si así lo acuerdan. Se las presenta como una mercancía con la que se puede comerciar, estableciéndose unas reglas de propiedad en torno a ellas. Incluso se consideran parte de una herencia susceptible de reparto en caso de que muera su “dueño”. Como medida disciplinaria se contemplan los golpes.

A pesar de estos peligros, cada vez hay más mujeres que se unen a la organización de manera voluntaria, atraídas por la causa. Empuñando una AK-47 y ataviadas con la hiyab, las yihadistas se hacen fotos que luego cuelgan en las redes sociales acompañadas de mensajes aclamando al EI o de consejos para aquellas mujeres que quieran seguir su ejemplo. ¿Uno de los mayores problemas? Que ante el desencanto de la utopía islámica que les habían prometido, salir de ahí es prácticamente imposible. Se trata de un viaje sin billete de vuelta.

Por María Ruiz, internacionalista.

1 comentario en “Mujeres en el Estado Islámico: la llamada de la yihad

  1. Un artículo muy interesante, sobre un tema complejo. Muy inquietante el papel de la mujer en el Estado Islámico.

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