Alfombra Roja: Evo Morales

política exterior
 |  18 de septiembre de 2015

APODO: Apu Mallku (líder supremo).

FRASE: “Este proceso de cambio es sin retorno; digan lo que digan, hagan lo que hagan. No volverá el neoliberalismo a Bolivia”.

CURRÍCULO: Nacido en una familia indígena en el cantón de Orinoca, Evo Morales siempre ha vivido una vida caracterizada por la movilización y el activismo. Sindicalista desde los años ochenta, ha representado a los cocaleros indígenas bolivianos. Uno de los momentos más destacados de sus inicios fue la Marcha por el respeto y la dignidad, en protesta por un plan del gobierno que proponía erradicar los cultivos de coca que eran el medio de vida de muchas comunidades con pocos recursos. Su significación política en estos movimientos le valió la hostilidad de los sectores gubernamentales, pero el cariño de la población campesina e indígena. A finales de los noventa Morales se convierte en diputado por su región con una amplia mayoría, y queda muy cerca de alcanzar la presidencia. Sin embargo, no lo conseguirá hasta 2005, cuando se convertirá en el primer presidente indígena de Bolivia. Ha sido reelegido en dos ocasiones, la última en enero de 2015.

MÉRITOS: A lo largo de su dilatada carrera como político, Morales no ha dejado a nadie indiferente. A pesar de las críticas vertidas contra él (por su forma de vestir, por su desdén hacia el protocolo, por ser aliado de Chávez, etcétera) ha sabido mantener el apoyo y el cariño de su pueblo.

La clave para conseguirlo ha sido realizar de manera extensiva políticas de ayudas sociales y de educación, dirigidas especialmente a los campesinos, lo que ha significado que la pobreza se haya reducido en gran medida y que Bolivia haya sido reconocida en 2008 como “territorio libre de analfabetismo” por la Unesco. La bonanza económica ha sido quizá el mayor logro de la gestión de Morales al frente del país, reforzando los sectores extractivos, como la minería o el petróleo, a través de una estatalización que le genera grandes réditos al país.

Otro de sus logros es la integración de las minorías indígenas en todos los estratos de la sociedad, incluyendo la política. En esto ha sido fundamental, lógicamente, la procedencia indígena del mandatario, pero también el desarrollo de esfuerzos específicos por parte de la administración para facilitar la movilidad y el acceso a puestos de trabajo para los indígenas (algo muy relacionado con las políticas de educación).

A pesar de esto, la figura de Morales también tiene sus sombras. Existen numerosas críticas de que el “evismo” favorece exageradamente a sus partidarios, y se destaca el surgimiento de una “burguesía aymara” que se ha enriquecido con su llegada al poder. También se le critica que haya pactado con los sectores de las élites y que se haya convertido en un centroderechista, que haya fomentado el capitalismo y que el número de ricos haya aumentado desmesuradamente. También hay grandes críticas a la posibilidad de que, con la reforma de la Constitución, Morales pueda perpetuarse de manera indefinida en el poder, sin limitación de mandatos.

También quedan retos por solventar. Desde buscar el equilibrio entre la extracción de materias primas y el ecologismo, hasta paliar la excesiva dependencia del petróleo, pasando por reforjar el sistema industrial y productivo de país, está claro que a Morales todavía le queda un largo camino por recorrer. Y sin embargo, la sensación que deja el balance de su primera década en el poder es el de una mejora generalizada en el país.

Deja un comentario

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *