POLÍTICA EXTERIOR  >   NÚMERO 137

Brasil: decisiones de una nueva potencia

Peter Hakim
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La condición de Brasil como potencia internacional es un hecho. Mientras su liderazgo se consolida en Suramérica y en todas las alianzas Sur-Sur, crecen las presiones para que se comprometa en el fomento de objetivos internacionales como la no proliferación.

Brasil es el quinto país más grande del mundo por superficie y también en población, con casi 200 millones de habitantes. Ha resistido con fuerza la crisis económica desatada en 2008 y hoy se sitúa entre las 10 economías más importantes. Con un PIB que ronda los 1,8 billones de dólares, va camino de convertirse en la sexta economía mundial a lo largo de la próxima década. Además, los yacimientos petrolíferos descubiertos en los últimos años prometen convertirle en un importante exportador de petróleo.
Brasil, uno de los cuatro principales candidatos a un asiento permanente en el Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas (junto con Alemania, Japón e India) y será la sede del Mundial de Fútbol de 2014 y los Juegos Olímpicos de 2016. Se ha convertido en parada obligatoria para jefes de Estado de todo el planeta. Su presidente, Luiz Inácio Lula da Silva, uno de los líderes más respetados del mundo, ha sabido convertir a su país en una valiosa marca internacional.
Junto con Rusia, India y China, Brasil es parte del grupo de mercados emergentes (los denominados BRIC) con mayor potencial económico a largo plazo. Es, además, uno de los exportadores de alimentos y materias primas más importantes del mundo, posee infraestructuras industriales de primer orden, se ha convertido en un importante inversor internacional y es ya autosuficiente en el plano energético. Actualmente, los bonos brasileños tienen categoría de inversión, lo que constituye un logro extraordinario en una época de crisis económica mundial.
Pese a estos datos, Brasil sigue teniendo problemas acuciantes de pobreza, desigualdad,…

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