Durante décadas los expertos han teorizado sobre los principales riesgos que amenazarán a la estabilidad financiera durante el próximo medio siglo. Dos de los más importantes son el cambio climático y el envejecimiento de la población, que obligarán a realizar un gran esfuerzo de gasto público para contrarrestar sus efectos. Las agencias de calificación alertan ya de que no son riesgos a futuro, sino la realidad a la que se enfrentan los países hoy. De hecho, han advertido de que ya están incorporando estos dos factores en sus análisis de sostenibilidad de la deuda y empiezan a afectar a la calificación crediticia que otorgan a los países. Las tres grandes agencias, Fitch, Moody’s y S&P llevan varios meses incluyendo los riesgos demográficos y medioambientales a sus ratings soberanos con un sesgo negativo sobre las calificaciones.
En el caso del envejecimiento, los países más afectados son los desarrollados, que se encuentran…

¿Llega el momento de bajar los tipos?
#ISPE 1057. 6 noviembre 2017
Cambios en el corto plazo