POLÍTICA EXTERIOR  >   NÚMERO 59

Carta a los lectores: El debate de las pensiones

Editorial
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LA polémica sobre la privatización, parcial o casi total de la protección social, ha llegado a Europa: pero será difícil que los quince Estados de la Comunidad renuncien un día a lo que el general De Gaulle consideró como una de las grandes conquistas de los europeos. El debate, sin embargo, está ahí: de un lado, porque no es posible competir frente a los rivales norteamericanos y asiáticos sin reformar la enorme máquina, escorada en no pocos países de la Unión por vías de agua que amenazan el futuro de las pensiones, los subsidios y la cobertura sanitaria generalizada. En Francia, España, Alemania o Italia los recursos de la Seguridad Social se administran más o menos desordenadamente. Es necesario controlar, reformar, modernizar y sobre todo gestionar mejor.

Los ejemplos de Chile o Nueva Zelanda han alimentado la discusión en Europa y Estados Unidos. La administración norteamericana ha conocido una de sus mayores confrontaciones políticas, desde Vietnam y Watergate, a propósito de la reforma del Healthcare, Medicare y Medicaid. El esquema europeo es variado y en general muy distinto del norteamericano. Pero las grandes preguntas –por qué, a quién, cómo, hasta dónde– son las mismas en toda sociedad desarrollada. Martin Feldstein, hoy profesor en Harvard, cree que el crecimiento europeo difícilmente saldrá de su bajo porcentaje actual con el freno que aprietan los sistemas de protección social. En EE UU, sostiene el antiguo colaborador de Reagan, los gastos de Seguridad Social crecerán hacia el año 2030 en un diecinueve por cien. Es una situación, a su juicio insostenible, que cabría modificar por medio de una reforma en profundidad: la mayoría de los ciudadanos debe verse impulsada a ahorrar, modelando su propia seguridad en un nuevo sistema de inversión, familiar o personal, en el que la renta fija se combine con la…

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