POLÍTICA EXTERIOR  >   NÚMERO 122

Carta de América: El mayor espectáculo del mundo

Jaime Ojeda
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Las primarias de los partidos nos  han deparado desde diciembre  pasado el “mayor espectáculo del  mundo”. Aunque el “supermartes” del 5  de febrero, cuando 24 Estados celebraron  simultáneamente las suyas, haya sido  el momento álgido, continuará la carrera  hasta las últimas de Puerto Rico,  el 7 de junio. El mundo entero las está  siguiendo, consciente de su influencia  planetocrática. Causa admiración y  desconcierto su aparente desorden: cada  Estado, cada partido, tiene sus propias  reglas, sólo subordinadas al requisito  constitucional del sufragio  universal sin discriminación alguna.

Llama la atención el contraste con  la uniformidad de los sistemas centralizados  y estatales de las elecciones europeas,  y por extensión de las del resto  del mundo. Es la democracia en acción  desde abajo hacia arriba, tan característica  de todos los fenómenos sociales  en Estados Unidos. ¿Qué pasaría en  España, por ejemplo, si cada circunscripción  electoral pudiera determinar  sus propias reglas electorales y si los  partidos tuvieran que presentar sus  candidatos en cada una de ellas? No es  posible en un sistema electoral de representación  proporcional, en el que figuran  tan sólo las listas de los partidos  (sin que muchas veces los electores conozcan  a los candidatos por los que votan)  y que se convierte en un plebiscito  de su jefe y del programa político que  propone (frecuentemente más simbólico  que sustancial).

Lo mismo ocurre en EE UU con  las elecciones mismas, tanto presidenciales  como legislativas: cada distrito  adopta incluso hasta el procedimiento  electoral que prefiera,  ofreciendo así el resultado caótico y  las consecuencias negativas que siguieron  a las elecciones de 2000. No  es más que la consecuencia del sistema  de gobierno local de EE UU: no  hay dos ciudades ni dos comarcas  que tengan la misma constitución municipal.  Cada una decide a su propia  manera y a su propia conveniencia su  particular sistema. Incluso…

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