AFKAR-IDEAS  >   NÚMERO 58

El comercio magrebí: balance después de una década de crisis

Fátima Fernández Fernández
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Argelia se mantiene como el principal socio comercial de la UE, seguida de Marruecos y Túnez. A la cola se sitúa Libia, solo por delante de Mauritania.

 

En materia de relaciones euromediterráneas, el verano de 2008 fue de los que llenan las hemerotecas de fotos para el recuerdo. La presidencia francesa del Consejo de la Unión Europea puso al Mediterráneo en el centro de la agenda con el objetivo de apuntalar en lo político aquellos aspectos que en lo económico iban bien. En julio nacía la Unión por el Mediterráneo. La Declaración de París se proponía poner fin al letargo de la integración encarando con pragmatismo las relaciones intrarregionales. Dos meses después, la actitud ejemplar de Marruecos y Túnez se veía recompensada con la promesa de sendos Estatutos Avanzados que ahondaban en las virtudes de la buena vecindad. Ese mismo año, el valor de las exportaciones magrebíes a la Unión Europea (UE) alcanzaría su máximo
histórico y la integración regional parecía gozar de una segunda oportunidad frente al creciente engranaje de proyectos europeos que se expandían hacia el Sur como los radios de una bicicleta. Sin embargo, esto fue antes de que la caída de Lehman Brothers se lo llevase todo por delante.

En un imparable efecto dominó, la crisis americana se expandió por la geografía global penetrando en las grietas más profundas de cada economía. En el Mediterráneo, la delicada situación financiera de los países europeos repercutió seriamente sobre sus socios meridionales. La falta de crédito, la austeridad, la caída del empleo y el desplome de la demanda en la Unión Europea afectaron
por diversas vías al comercio exterior y a la entrada de divisas en los países de la cuenca. Las economías del Mediterráneo occidental,
dependientes de la demanda de un puñado de países europeos, afrontaron un largo…

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