POLÍTICA EXTERIOR  >   NÚMERO 199

La pandemia no impidió que el gobierno de Rusia organizase un desfile militar para celebrar el 75 aniversario de la derrota del ejército nazi. (Moscú, 24 de junio de 2020). MIKHAIL SVETLOV/GETTY

El futuro del control de las armas nucleares

Biden debe apostar por una agenda ambiciosa en materia de armamento nuclear, sobre la base de la prórroga del Start III, implicando a Rusia en un diálogo que pueda abrirse a China.
Steven Pifer
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La presidencia de Joe Biden tomará un rumbo muy distinto a la de su predecesor en lo que respecta a la política exterior. Uno de los cambios esperados es el control armamentístico; en particular, el del armamento nuclear con Rusia, hoy el único país capaz de destruir físicamente a Estados Unidos. Biden entiende que el control de las armas nucleares puede contribuir a la seguridad de EEUU, algo que Donald Trump nunca valoró del todo. El nuevo presidente se avendrá a extender el Tratado de Reducción de Armas Estratégicas (Start III), único acuerdo vigente que limita la potencia nuclear de Washington y de Moscú. Pero la administración entrante deberá apuntar más alto y negociar mayores recortes en armamento nuclear, lo cual no será sencillo. Con ello, se alcanzarían acuerdos que consoliden la seguridad de EEUU y reduzcan los riesgos nucleares.

El gobierno saliente deja a sus espaldas un historial mediocre en lo referido al control de armas. Trump retiró a EEUU del Tratado de Fuerzas Nucleares de Alcance Intermedio (INF, por sus siglas en inglés) sin proponer medidas políticas o militares que presionaran a Rusia para que dejara de infringirlo. Altos cargos de la administración de Trump consideraron asimismo la posibilidad de llevar a cabo un ensayo nuclear que habría puesto fin a una larga moratoria, desencadenando ensayos nucleares por parte de otros países. Todo ello habría deteriorado la ventaja que EEUU ostenta en el terreno de la investigación nuclear.

Trump también decidió abandonar de manera unilateral el Plan de Acción Integral Conjunto, que reducía la capacidad de Irán para producir material fisionable. A continuación, EEUU se encontró aislado a la hora de pedir más sanciones contra Teherán. El presidente de Corea del Norte, Kim Jong-un, intercambió “bellas” cartas con Trump, mientras Pyongyang expandía su arsenal de armas nucleares y…

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