AFKAR-IDEAS  >   NÚMERO 74

Josep Borrell durante la clausura de la Conferencia de la Sociedad Civil Euromediterránea. Barcelona, 27 de octubre de 2024./alba bouvier

Gaza: impacto de la guerra en la cohesión social euromediterránea

En los últimos tiempos, la polarización, la deshumanización y la radicalización han alcanzado niveles sin precedentes. Son necesarios espacios para prevenir la ruptura del diálogo social.
Aida Traidi
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El conflicto en Oriente Medio ha sido un factor clave en la propagación del odio intercomunitario, la deshumanización del “otro” y la radicalización durante décadas. Desde los ataques del 7 de octubre de 2023 y la desproporcionada respuesta de Israel contra Gaza, criticada por su impacto en la población civil, la polarización ha alcanzado niveles sin precedentes.

Este clima de tensión social impacta de manera particular en las comunidades árabes, musulmanas y judías de la región euromediterránea, que son el objetivo de narrativas extremistas y discursos de odio que socavan la cohesión social y dificultan los esfuerzos de paz.

Es evidente que la forma más efectiva y sostenible de abordar la polarización, deshumanización y radicalización impulsadas por el conflicto es resolver el conflicto que las genera. Sin embargo, en paralelo, es fundamental abrir espacios de diálogo para abordar estos fenómenos. La sociedad civil comprometida con la universalidad de los derechos humanos, el diálogo intercultural, el reconocimiento mutuo y la paz desempeña un papel crucial en la prevención de la fractura social.

Con este propósito, los pasados 26 y 27 de octubre, el IEMed, con el apoyo del Servicio Europeo de Acción Exterior (SEAE), organizó la Conferencia de la Sociedad Civil Euromediterránea “Recuperando nuestra humanidad compartida. Contrarrestando la Polarización, Deshumanización y Radicalización impulsadas por el conflicto en Oriente Medio”, que reunió a más de 200 participantes de 33 países, principalmente organizaciones de la sociedad civil, pero también responsables políticos y expertos de toda la región.

La conferencia, que combinó diferentes formatos como sesiones temáticas, debates y key note speeches, cumplió la misión de aportar reflexiones y puntos de vista que nos ayudan a entender y abordar las dinámicas de confrontación y exclusión derivadas del conflicto, promoviendo valores compartidos como base para el diálogo y la cooperación.

 

España y la UE ante la guerra en Gaza

A pesar de los desafíos del diálogo en un contexto de violencia y dolor, diversas figuras institucionales y políticas presentes en la conferencia destacaron la importancia del diálogo, el entendimiento y la empatía como la única vía para lograr una paz justa, sostenible y duradera en Oriente Medio. También reiteraron la necesidad urgente de un alto el fuego en Gaza, el acceso a la ayuda humanitaria y el respeto al derecho Internacional, incluyendo los principios de la Carta de las Naciones Unidas (1945) y la Declaración Universal de los Derechos Humanos (1948).

El entonces Alto Representante de la UE y vicepresidente de la Comisión, Josep Borrell, y el ministro de Asuntos Exteriores, Unión Europea y Cooperación, José Manuel Albares, denunciaron la existencia de un doble rasero en la aplicación del derecho Internacional, enfatizando la necesidad de tratar las guerras de Gaza y Ucrania con los mismos principios. Borrell, además, lamentó la incapacidad de la comunidad internacional para detener el sufrimiento en la región, afirmando que “la guerra no terminará solo porque lo pidamos, sino cuando la comunidad internacional esté dispuesta a tomar medidas coercitivas que cambien el comportamiento de los actores”.

Tanto el entonces jefe de la diplomacia europea como el ministro reiteraron el compromiso de Europa y España con la aplicación de la solución de los dos Estados como única salida sostenible al conflicto, aunque esta fue cuestionada por algunos participantes de la conferencia, quienes abogan por un único Estado democrático donde palestinos e israelíes convivan en igualdad de derechos.

Cabe mencionar que España, que reconoció al Estado Palestino el 28 de mayo de 2024, mantiene una postura contracorriente respecto a otros países europeos, lo que representa una oportunidad única para impulsar iniciativas en favor de la paz.

 

Polarización y discursos de odio

La polarización, tanto en el tejido social como en el ámbito político, se ha afianzado en muchos países de la región euromediterránea y, desde hace tiempo, es una de las palabras de moda en los medios de comunicación. Este fenómeno ha facilitado el auge de la extrema derecha en Europa, que a su vez profundiza aún más la polarización y supone una grave amenaza para la cohesión social.

En el actual contexto de violencia en Oriente Medio, los discursos de odio, incluidos el antisemitismo y la islamofobia, han aumentado, generando un clima de hostilidad que facilita y justifica la violencia. Durante la conferencia, se advirtió sobre el incremento de la islamofobia y sobre el uso de lenguaje deshumanizante para justificar la agresión de Israel contra los palestinos. Según datos del Observatorio Español del Racismo y la Xenofobia (OBERAXE), la islamofobia y la xenofobia centran gran parte de los discursos de odio en línea en España. Estos discursos forman parte de una tendencia más amplia en Europa, donde la extrema derecha –que, a pesar de sus antecedentes antisemitas, es muy cercana al primer ministro Benajamín Netanyahu–promueve una narrativa antiinmigración e islamófoba.

Los datos de OBERAXE también muestran que la mitad de los discursos de odio monitorizados deshumanizan o degradan seriamente al grupo objetivo. La completa deshumanización de los palestinos, en particular, es lo que facilita el clima de indiferencia general ante su sufrimiento.

 

«Las redes sociales actúan como el vehículo que conecta la desinformación con los discursos de odio, dos fenómenos distintos, pero interconectado»

 

También se denunció el aumento considerable del antisemitismo desde octubre de 2023. Los ataques contra personas judías, el acoso público y el discurso de odio en línea son algunos ejemplos. A su vez, se rechazó la creciente instrumentalización del antisemitismo para silenciar críticas legítimas a las políticas del Estado de Israel. Por ejemplo, en algunas regiones de Alemania, el uso de la expresión “desde el río hasta el mar, Palestina será libre”, constituye un delito, ya que se considera que niega la existencia del Estado de Israel. Este no es un caso aislado. Las protestas desatadas por la guerra en Gaza se han visto limitadas por la reducción de los espacios de protesta de la sociedad civil alrededor del mundo. En la UE, al menos 12 países han prohibido o restringido protestas en solidaridad con Palestina. Ante esta situación, algunos participantes expresaron su preocupación por el silenciamiento y/o criminalización de las voces propalestinas y alertaron sobre las implicaciones más amplias que las restricciones al derecho a la protesta pueden tener para la libertad de expresión y la democracia en general.

En cuanto a las propuestas para fortalecer la cohesión social, se plantearon tres líneas de acción fundamentales. En primer lugar, la necesidad de construir una ciudadanía inclusiva y compartida en la que las comunidades diversas puedan desarrollar un sentido de pertenencia. En un momento en el que muchos musulmanes o judíos se sienten inseguros ante el aumento del odio y la polarización, las ciudades tienen la responsabilidad de garantizar un entorno de vida seguro para todos sus habitantes. En este sentido, se puso en valor la labor de la Coalición Europea de Ciudades contra el Racismo (ECCAR, por sus siglas en inglés), de la que Barcelona es miembro, en el diseño de estrategias para combatir todas las formas de racismo y discriminación.

En segundo lugar, se subrayó el papel esencial de las mujeres en la reconstrucción del tejido social y la construcción de paz. De la mano de organizaciones que fomentan el diálogo entre mujeres palestinas e israelíes, se visibilizó su contribución a la cohesión comunitaria y el entendimiento mutuo, desafiando narrativas extremistas. Además de ser una cuestión de justicia social, integrar la perspectiva de género en la construcción de paz es indispensable para alcanzar soluciones sostenibles.

Por último, se hizo hincapié en la educación como herramienta clave para contrarrestar el odio y la polarización. Se reivindicó la importancia de proyectos educativos que promuevan la interculturalidad desde edades tempranas, así como iniciativas para abordar las situaciones de desigualdad que puedan alimentar la fragmentación social.

 

La desinformación en la era de las redes sociales

En un contexto en el que el debate sobre la desinformación en Europa está más vivo que nunca, uno de los temas clave discutidos en la conferencia fue su propagación en redes sociales. Si bien la desinformación no es un fenómeno nuevo, las plataformas digitales han aumentado su alcance, planteando desafíos específicos que deben abordarse.

Los participantes señalaron que las redes sociales actúan como el vehículo que conecta la desinformación con los discursos de odio, dos fenómenos distintos, pero interconectados. También advirtieron que la desinformación no surge en el vacío, sino que es utilizada de manera intencional por actores estatales y no estatales para manipular la opinión pública y promover sus agendas políticas. El auge de la desinformación refleja, además, el enorme poder acumulado por los magnates tecnológicos, quienes influyen en el debate público a través de estas plataformas.

Las elecciones europeas de junio de 2024 evidenciaron un avance significativo de la extrema derecha en varios países. En un momento de crisis de las democracias liberales y auge de los populismos, numerosos sondeos han puesto de relieve la creciente desafección hacia la clase política y las instituciones, sobre todo entre los jóvenes. Las causas son múltiples, pero entre las mencionadas durante la conferencia destacan la crisis de legitimidad de unas instituciones que no han estado a la altura y la difusión de discursos radicales en redes sociales. A diferencia de otros movimientos, la extrema derecha ha logrado conectar de manera efectiva con los jóvenes a través de estas plataformas, que se han convertido en un terreno fértil para la propagación de ideas extremistas.

También se alertó del creciente mainstreaming de estas ideas, antes confinadas a plataformas marginales y cada vez más presentes en redes sociales de mayor alcance como X, Facebook, Instagram y Telegram. Un estudio publicado en 2024 por el Centro para la Lucha contra el Odio Digital (CCDH, por sus siglas en inglés) señala que los cambios introducidos por Elon Musk tras la compra de X han facilitado la difusión de odio, permitiendo que ciertas cuentas exploten la guerra entre Israel y Gaza para ganar seguidores y generar ingresos. En los últimos meses, organizaciones de diversa índole han abandonado esta plataforma al considerar que su algoritmo favorece la polarización.

Ante la tentación de culpar a las redes sociales de todos los males, se recordó que estas plataformas son amplificadoras y legitimadoras de discursos que ya existen en el ámbito presencial. Aunque la infraestructura algorítmica de las redes sociales puede reforzar narrativas polarizantes, las redes sociales no son inherentemente dañinas, sino que amplifican sesgos preexistentes.

Para lograr entornos digitales más seguros, los participantes subrayaron la importancia de un mayor acceso a información sobre el funcionamiento de estas plataformas, y así poder desarrollar estrategias efectivas. También resaltaron el potencial de los programas de ciudadanía digital, que fomentan la alfabetización mediática y el pensamiento crítico, como una herramienta clave para fortalecer la resiliencia frente a las amenazas digitales. Además, se abordó el uso de herramientas legales para poner coto a la desinformación y garantizar que las plataformas rindan cuentas. En la UE, la Ley de Servicios Digitales (DSA, por sus siglas en inglés), que regula las grandes plataformas, está llevando a cabo investigaciones sobre X, Meta y TikTok. Sin embargo, estos gigantes tecnológicos, alentados por Trump, se resisten a acatar las reglas de juego de la UE, denunciando una supuesta vulneración de la libertad de expresión.

 

Las disfunciones de la diplomacia internacional y su impacto en la radicalización

Los acontecimientos en Oriente Medio han puesto de relieve las disfunciones del sistema político internacional y sus instituciones, creadas en 1945 con el propósito de mantener la paz en el mundo. Sin embargo, estas estructuras se han mostrado ineficientes a la hora de detener las atrocidades de la guerra y abordar las causas estructurales de los conflictos. “Es necesario proponer una reforma del sistema de la ONU”, pedía uno de los asistentes de la conferencia.

Varios participantes expresaron preocupación por la percepción de una aplicación desigual de las normas internacionales. Se criticó el respaldo de Estados Unidos a las acciones de Israel y la parálisis del Consejo de Seguridad de la ONU debido al derecho de veto, así como la incapacidad de la UE para adoptar posiciones comunes. En este sentido, se recalcó la urgente necesidad de que la UE adopte una postura común, algo que se hizo en relación con Ucrania, pero no en Gaza. Las inconsistencias en el enfoque de la UE han socavado su credibilidad en la región, dañando su reputación como defensora del derecho Internacional y los derechos humanos, y generando desilusión entre quienes la consideraban un referente de justicia.

Los participantes también alertaron sobre el potencial radicalizador del fracaso de los mecanismos internacionales en la resolución de conflictos y la percepción de un doble rasero en la aplicación del derecho Internacional. Esto puede llevar a algunos sectores de la población a cuestionar la eficacia de las estructuras democráticas y los derechos humanos, al percibir que no se aplican de manera consistente e imparcial. Tales frustraciones erosionan la confianza en la resistencia no violenta y aumentan la atracción hacia respuestas que legitiman el uso de la fuerza. Ante este escenario, resulta urgente construir nuevos discursos de resistencia no violenta que resulten creíbles para una población joven que ha perdido la esperanza.

Además, algunos participantes señalaron que la respuesta de Israel alimenta una mayor resistencia militar en su contra. Este fenómeno, conocido como radicalización recíproca o extremismo acumulativo, fomenta un ciclo de violencia que dificulta aún más la coexistencia pacífica.

 

Declaración de Barcelona para reclamar nuestra humanidad compartida

Uno de los resultados concretos de la conferencia fue la elaboración de la Declaración de Barcelona para Reclamar Nuestra Humanidad Compartida, que resalta el papel crucial de la sociedad civil en la defensa de la justicia y la humanidad compartida en el contexto de violencia en Oriente Medio. La declaración, ahora abierta a la adhesión del conjunto de la sociedad civil, enfatiza el rol activo que esta puede asumir en la defensa de los derechos humanos y la paz, mediante la creación de espacios de diálogo inclusivos y acción colectiva.

 

«La radicalización recíproca o extremismo acumulativo, alimenta un ciclo de violencia que dificulta aún más la coexistencia pacífica»

 

En línea con estos principios, el documento rechaza todas las formas de racismo, discriminación, deshumanización y discurso de odio contra cualquier grupo. Asimismo, condena todas las formas de violencia dirigidas contra civiles y hace un llamamiento para un alto el fuego en Gaza, la apertura de un corredor humanitario y la suspensión de la venta de armas a las partes beligerantes. Los firmantes alertan sobre el desmantelamiento del orden establecido tras la Segunda Guerra mundial y exigen la implementación inmediata de las medidas provisionales dictadas por la Corte Internacional de Justicia (CIJ) para detener la violencia en Gaza.

Otros puntos clave mencionados son la necesidad de incorporar la perspectiva de género en la construcción de paz, la protección de la libertad de prensa y la responsabilidad de las grandes plataformas digitales para contrarrestar la polarización impulsada por la desinformación y los algoritmos.

La declaración concluye con el compromiso de crear un Consejo Asesor Euromediterráneo para fomentar la cooperación entre los actores de la sociedad civil en la región. Tanto la Declaración como el Consejo Asesor contribuirán a la sostenibilidad del ejercicio y servirán como base para futuras acciones y cooperación.

 

Hacia una paz justa y duradera

Cuando las heridas están abiertas y hay tanto sufrimiento de por medio, es difícil hablar de diálogo, empatía, compasión, solidaridad y cuidado mutuo. Sin embargo, estos valores fundamentales son esenciales para hallar una salida a estos tiempos difíciles. La conferencia recordó la necesidad de crear espacios para prevenir la ruptura del diálogo social, al mismo tiempo que se fomenta el debate y el desacuerdo necesarios. Este es un primer paso esencial para una paz justa y duradera.

El mensaje principal de la conferencia fue claro:  la paz en Oriente Medio solo será posible si se respeta el derecho Internacional y se defienden los derechos humanos como principios fundamentales. Estos deben ser la base de todos los esfuerzos que se hagan para combatir la polarización, la radicalización y la deshumanización y todas las formas de odio que pongan en peligro nuestro respeto mutuo, nuestra cohesión social y nuestras democracias.

En un momento en el que el panorama global está cambiando, Europa no debe limitarse a hablar de una humanidad compartida, debe actuar para defenderla. Es tanto un deber moral como una necesidad estratégica./