POLÍTICA EXTERIOR  >   NÚMERO 199

Biden, durante una declaración de Harris, en Delaware, el 16 de noviembre de 2020. ROBERTO SCHMIDT/AFP/GETTY

Grandes expectativas

La presidencia de Biden estará presionada tanto por las expectativas entre los demócratas y en el mundo como por la oposición de un partido cuyo mentor es aún Trump.
Jaime de Ojeda
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¡Qué alivio ver la cara complaciente y el tranquilo talante del presidente electo, Joe Biden, después de las esperpénticas elecciones de 2020! ¿Será posible que volvamos a la “normalidad” tras la pesadilla constitucional que nos ha deparado el desgobierno de Donald Trump? No lo diría la manera desenfrenada con la que se ha aferrado al poder intentando invalidar millones de votos, alegando fraudes sin prueba alguna pero, eso sí, en andas de una impresionante campaña de desinformación. Menos todavía cuando más de 74 millones de personas –es decir, el 47,7% del electorado– le han votado y siguen creyendo en sus falacias. Y, peor aún, que en este desvergonzado intento de desvirtuar la Constitución le hayan apoyado incondicionalmente los gobernadores y legislaturas republicanos del país, hasta el punto de que 126 representantes, las dos terceras partes de los republicanos del Congreso federal, hayan participado en el amicus curiae respaldando el doloso recurso al Tribunal Supremo del Estado de Texas.

La “normalidad”, en cambio, asoma cuando vemos que 86 tribunales federales y hasta el Supremo han rechazado de plano y sin disensiones los recursos presentados por los republicanos, sin atender a qué presidente les haya nombrado; tan evidente ha sido el “disidente abuso” de la justicia, como lo ha calificado alguno. Incluso en el Estado de Georgia, notorio por sus irregularidades electorales, el gobernador y su secretario de Estado –puesto que designa a la autoridad estatal encargada de salvaguardar la integridad de los comicios–, republicanos ambos, se han visto obligados a reconocer la victoria demócrata incurriendo enseguida en la más airada y vengativa ira de Trump. Ahora está en juego, de nuevo en Georgia, la composición del Senado: el 5 de enero, una segunda vuelta de dos escaños senatoriales puede dar como resultado una mayoría demócrata, mientras que un Senado republicano imposibilitaría…

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