INFORME SEMANAL DE POLÍTICA EXTERIOR  >   NÚMERO 1154

#ISPE 1154: Principio y fin de una era

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El anuncio de fusión entre PSA y Fiat Chrysler es una maniobra de defensa ante los desafíos del sector por las nuevas regulaciones medioambientales contra el cambio climático, así como los cambios tecnológicos y de hábitos de consumo.

La unión de los dos gigantes creará el mayor fabricante europeo de automóviles y el cuarto del mundo, con un valor en bolsa de 44.000 millones de euros y unos ingresos netos de 170.000 millones anuales, 11.000 millones en beneficios operativos, una fuerza laboral global de 410.000 trabajadores y ventas conjuntas de 8,7 millones de vehículos, por delante de General Motors y Hyundai-Kia. En Europa, las ventas de PSA-Fiat Chrysler superarán las de Volkswagen, hasta ahora el Goliat europeo.

John Elkann, heredero de la familia Agnelli, fundadora de Fiat, será el presidente de la compañía y Carlos Tavares, jefe ejecutivo de PSA, el CEO. Ninguno de los dos tiene tiempo que perder. Su objetivo prioritario es ahorrar unos 3.700 millones de euros al año, compartiendo el coste de la I+D de la tecnología híbrida necesaria para cumplir la normativa de la Unión Europea y China y desarrollar los vehículos del futuro. Los vehículos eléctricos de PSA suponen el 0,3% de sus ventas y la compañía no tiene casi presencia en EEUU y China.

Todo esto explica la bienvenida a la unión empresarial del gobierno francés, que posee el 12,2% de PSA. En junio, París abortó la fusión entre Renault y Fiat Chrysler por el temor al cierre de fábricas y pérdida de empleos en medio de la tormenta de los chalecos amarillos.

Tampoco es casual que casi coincidiera con el comienzo de la producción del ID.3,  el primer automóvil eléctrico de Volkswagen (VW) en la planta sajona de Zwickau, donde se fabricaba el Passat y el Golf, y que…

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