POLÍTICA EXTERIOR  >   NÚMERO 204

Sánchez, durante su llegada a la cumbre europea en Bruselas del 10 de diciembre de 2020. JOHN THYS/POOL/AFP/GETTY

La influencia de España en la UE pospandemia

No hay mejor modo de afrontar los retos del país que consolidando la actitud proactiva apuntada durante la pandemia, dejando atrás el perfil bajo.
Raquel García Llorente e Ignacio Molina
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Existe consenso entre los analistas sobre que el protagonismo relativamente fuerte que España desempeñó en la política europea durante la década de los noventa dio paso a otra fase caracterizada por un perfil más bajo y cierta pérdida de poder. No hay, en cambio, acuerdo a la hora de determinar la fecha del punto de inflexión ni el factor que la causó, poniendo fin a un periodo fulgurante iniciado al poco tiempo de la adhesión y que se prolongó hasta, como poco, la firma del Tratado de Niza.

Hay quien apunta a la apuesta atlantista de José María Aznar a partir de los atentados del 11-S, mientras otros expertos señalan el ensimismamiento interno que distinguió las presidencias de José Luis Rodríguez Zapatero y Mariano Rajoy; sobre todo, tras la larga recesión iniciada en 2008 que mutó poco después en una crisis de legitimidad política y territorial. Incluso circula como hipótesis que la causa paradójica de ese declive residiera en el éxito: una vez conseguidos el acceso al mercado interior, los generosos fondos para las infraestructuras o el sector agrícola y la participación en el euro, los políticos españoles se dieron por satisfechos y Madrid se convirtió en un jugador reactivo que se limitaba a seguir en Bruselas el camino trazado por Berlín y París. La erosión de la influencia seguramente se debió a una combinación de todo lo anterior, complementado con explicaciones ajenas a la propia España como resultado de la gran ampliación al Este, el fracaso del tratado constitucional o la deficiente arquitectura de la unión económica y monetaria que tanto perjudicó a todo el sur de Europa.

En cualquier caso, parece que una constelación más favorable de variables al inicio del actual ciclo político europeo (2019-24) colocaba a España en buena posición para volver a ­desempeñar un papel…

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