POLÍTICA EXTERIOR  >   NÚMERO 218

El presidente Joe Biden y el ex presidente Barack Obama llegan a Nueva York para un acto de campaña con el fin de recaudar fondos para la campaña de reelección Biden-Harris 2024. (Nueva York, 28 de marzo de 2024). GETTY

La presidencia de Biden o el éxito sin recompensa

Por primera vez en más de un siglo, dos candidatos con experiencia presidencial se disputan la Casa Blanca. La imagen de fragilidad de Biden y la furia incontenible de Trump dominan unos comicios con consecuencias fundamentales para el mundo.
José M. de Areilza Carvajal
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“Estados Unidos siempre ha basculado entre su vocación imperial y exportadora de sus valores e intereses y una tentación recurrente al aislacionismo” Josep Piqué, El mundo que nos viene, 2018

 

La próxima elección presidencial del 5 de noviembre de 2024 en la primera democracia del mundo, tiene todas las trazas de convertirse una repetición de los comicios de 2020: Joe Biden contra Donald Trump, un duelo cansino entre dos candidatos que se resisten a la jubilación y todavía quieren decir su última palabra.

La cita con las urnas en Estados Unidos tendrá lugar en un contexto internacional en el que las demandas de seguridad, entendida en clave nacional o regional, han desplazado a la idea de prosperidad global, tan útil para organizar el mundo en las últimas décadas. Un nuevo entorno marcado por la división entre el bloque formado por China y Rusia frente al de Estados Unidos y sus aliados, en el que más de cien países no alineados aprovechan las ventajas de esta tensión bipolar. Las dos guerras en las que Washington toma partido por Ucrania e Israel también influyen en las elecciones, como analizaremos en estas páginas.

La pandemia y la guerra de Ucrania han acelerado el debilitamiento de la globalización económica. Hoy la rivalidad entre China y Estados Unidos divide todavía más al mundo, aunque mantienen una fuerte interdependencia. La preferencia estadounidense por el proteccionismo tiene un lado preocupante, porque la integración de los mercados ha servido para sacar de la pobreza a millones de personas y multiplicar la prosperidad global. Sin duda, ha generado también efectos negativos, al crear fuertes desigualdades dentro de los Estados, que han favorecido los movimientos populistas y anti-sistema. China, por su parte, ha aprovechado y abusado del comercio mundial sin cumplir del todo sus reglas.

 

Éxito frente

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