POLÍTICA EXTERIOR  >   NÚMERO 9

La reducción de armas convencionales en Europa

Salvador López de la Torre
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El feliz término de la Conferencia sobre la Seguridad y la Cooperación en Europa (CSCE) de Viena ha permitido a partir del 10 de enero de 1989 la elaboración de un mandato de negociación sobre reducción de las Fuerzas Armadas Convencionales en Europa, que deberán abrirse el mes de marzo entre todos los países miembros de las dos alianzas militares de Europa –los 23–, 16 de la OTAN y 7 del Pacto de Varsovia, dentro del marco de la CSCE y en estrecha relación con los restantes países neutrales y no alineados firmantes del Acta de Helsinki, a los que rendirán cuenta de sus trabajos.

El mandato recoge con gran fidelidad los proyectos que habían hecho circular los países occidentales, y parece de pura justicia señalar que el bloque oriental ha realizado indiscutibles concesiones, posiblemente porque la necesidad de poner un término a los gastos de rearme representa una imperiosa necesidad actual del mundo comunista. Nos movemos ya muy lejos de los tiempos en que la Unión Soviética hacía grandes planes sobre el desarme, aderezándolos de tal cantidad de condiciones y arbitrariedades que imposibilitaban de antemano su puesta en práctica. Esta vez nadie parece interesado en hacer simple propaganda.

El mandato sobre negociación para reducir las armas convencionales responde a la auténtica realidad de Europa, y a través de sus líneas ni el Este ni el Oeste podrán obtener ventajas unilaterales. Pero es evidente que sin una reducción de las fuerzas convencionales sería absolutamente imposible que los países occidentales en general y la OTAN en particular pudiesen continuar manteniendo sus ofertas de desarme en otros terrenos de la seguridad. Ni el Tratado sobre la Desaparición de los Misiles de Alcance Intermedio (INF), firmado en Washington por Reagan y Gorbachov, ni la prolongación y perfeccionamiento de las Medidas de Seguridad y…

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