POLÍTICA EXTERIOR  >   NÚMERO 13

La situación actual de la Comunidad Europea y los cambios en la Europa del Este

François Mitterrand
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Ha sido un largo camino el que hemos recorrido desde 1984 cuando Francia presidió el Consejo Europeo. Lo que la Comunidad ha concebido y realizado en tan sólo cinco años es, para los doce Estados miembros, motivo de orgullo, sobre todo en lo que concierne al Acta Única de Luxemburgo. Todos conocen su objetivo crear antes del fin de 1992 un espacio sin fronteras en el que circulen libremente personas, bienes y capitales.

Debemos subrayar, sin embargo, algo que a veces se olvida: el Acta Única también proclama la creación de una dimensión social y europea y la necesidad de alcanzar la unión económica y monetaria, prevé la reducción de los desequilibrios regionales, abre nuevos campos de acción a la investigación y a la protección del medio ambiente, agiliza la toma de decisiones en el Consejo, gracias a la ampliación de las votaciones por mayoría cualificada, y concede nuevas vías de participación del Parlamento en los procesos decisorios. El Acta Única instituye, por último, una estructura de cooperación política exterior y, sobre todo, afirma el proyecto político de la Comunidad: la unión europea.

Si hacemos inventario de los temas pendientes que requerirán una toma de decisiones antes de fin de año habrá que mencionar la unión económica y monetaria, la Carta social, la Europa audio visual, la protección del medio ambiente, la conclusión de Lomé VI y, en último término, la progresiva construcción del espacio sin fronteras. Comenzaré por este último punto. No insistiré en el compromiso adquirido por todos de erradicar el proteccionismo bajo todas sus formas, hasta las más solapadas. Pero quiero dejar claro que faltaríamos a la palabra dada si creáramos nuevas formas de competencia desleal y nuevos muros bajo el aspecto de procesos de desregulación y de liberalización. Esta observación afecta de modo particular a la…

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