POLÍTICA EXTERIOR  >   NÚMERO 218

Estados Unidos es el mayor productor mundial de petróleo y gas, mayor incluso que Rusia o Arabia Saudí. (Refinería de petróleo en Los Ángeles). GETTY

La superpotencia que duda de sí misma

Estados Unidos no debe renunciar al mundo que creó. Si no pierde la fe en su propio proyecto, seguirá teniendo una posición única para desempeñar un papel central en sostener un sistema que no solo es bueno para él.
Fareed Zakaria
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La mayoría de los estadounidenses piensa que su país está en declive. En 2018, cuando el Pew Research Center preguntó cómo creían que se desempeñaría Estados Unidos en 2050, el 54 % de los encuestados coincidió en que su economía sería más débil. Un número aún mayor, el 60 %, opinó que Estados Unidos sería menos importante en el mundo.

Esto no debería sorprender; en el ambiente político se ha ex tendido desde hace algún tiempo la sensación de que el país va en la dirección equivocada. Según una encuesta recurrente de Gallup, el porcentaje de estadounidenses “satisfechos” con la marcha de las cosas no ha superado el 50% en 20 años. Actualmente se sitúa en el 20%.

Durante décadas, una manera de pensar sobre quién llegaría a la presidencia era preguntarse: ¿Quién es el candidato más optimista? De John F. Kennedy a Ronald Reagan, pasando por Barack Obama, la perspectiva más alegre parecía ser la papeleta ganadora. Pero en 2016, Estados Unidos eligió a un político cuya campaña se basó en el pesimismo. Donald Trump hizo hincapié en que la economía estadounidense se encontraba en un “estado desolador”, en que a Estados Unidos se le había “faltado al respeto, burlado y estafado” en el extranjero, y que el mundo era “un desastre total”. En su discurso inaugural, habló de la “carnicería estadounidense”. Su campaña actual ha retomado estos temas centrales. Tres meses antes de anunciar su candidatura, publicó un vídeo titulado “Una nación en decadencia”.

La campaña presidencial de Joe Biden en 2020 fue mucho más tradicional. Ensalzó con frecuencia las virtudes de Estados Unidos y repitió a menudo una frase conocida: “Nuestros mejores días aún están por llegar”. Y, sin embargo, gran parte de su estrategia de gobierno se ha basado en la idea de que el país…

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