POLÍTICA EXTERIOR  >   NÚMERO 134

La transformación de la diplomacia cultural española

Elvira Marco y Jaime Otero
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España ha puesto en marcha una reflexión sobre su acción cultural exterior: ¿Cuál es su papel en el conjunto de la política exterior? ¿Qué imagen-país conviene difundir y cuáles son los instrumentos adecuados? ¿Cómo puede el sector privado exportar la producción cultural?

Algo se mueve en el diseño de la acción cultural de España en el exterior. En noviembre de 2009, el ministerio de Cultura y el de Asuntos Exteriores y de Cooperación suscribían un convenio para el desarrollo de una “Estrategia Reforzada para la Promoción de la Cultura Española en el Exterior”. El acto tuvo lugar en el Congreso de los Diputados, ante los medios de comunicación, y se interpretó como la firma de la paz entre los dos ministerios después de un periodo, durante la pasada legislatura, en que las desavenencias sobre la política cultural exterior salieron a la luz pública.

El convenio establece las bases de una mayor coordinación entre ambos ministerios y con otros institutos públicos y sociedades estatales, previendo la creación de una comisión de trabajo conjunta para la acción cultural exterior que será responsable de elaborar cada dos años un plan nacional. El ministerio de Asuntos Exteriores consultará al de Cultura la selección de los consejeros culturales destinados en las embajadas de España. La coordinación interministerial será intensa en lo que respecta a las actuaciones en el espacio europeo, en la designación de los representantes de España en ferias internacionales de arte y de los directores de instituciones culturales singulares en el extranjero, y en el reconocimiento internacional de las grandes instituciones culturales españolas.

Pero los movimientos en torno a la cultura y su proyección exterior no se reducen a este conflicto de competencias y, de hecho, se adivina en el convenio una ambición más allá de la coordinación entre instituciones. Los firmantes son…

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