Al analizar las ideas económicas del presidente Donald Trump, tanto durante la campaña electoral como en las disposiciones adoptadas en los primeros cien días de su segundo mandato, llama la atención la proximidad de algunas de ellas con las estrategias económicas de los países del Consejo de Cooperación del Golfo (CCG). Por extraño que pueda parecer, y salvando las distancias, algunas de las ideas económicas que guían a la administración Trump 2.0 están en sintonía con las de estos países.
Trump conoce los países del CCG tanto por su primer mandato como por su experiencia empresarial en The Trump Organization. En el discurso que dirigió al Foro Económico de Davos el 23 de enero mencionó expresamente al príncipe heredero Mohamed Bin Salmán (MBS). Además de calificarlo de “tipo fantástico”, anunció que Arabia Saudí invertirá 600.000 millones de dólares en Estados Unidos, cifra que espera se incremente hasta un billón. Arabia Saudí ha sido el destino elegido para su primer viaje oficial, a mediados de mayo. Esto se debe, según el propio Trump, a los 450.000 millones de dólares que este país gastó en bienes y servicios de Estados Unidos durante su primer mandato. Catar y Emiratos Árabes Unidos (EAU), también han sido parte del periplo del presidente.
Trump conoce las economías de los países del Golfo y los buenos resultados de las estrategias económicas implementadas a lo largo este siglo. Conscientes de que la excesiva dependencia de los hidrocarburos es una debilidad y de la dificultad de mantener una economía rentista a largo plazo, comenzaron a planificar la diversificación de sus economías desde los años noventa. Baréin y el emirato de Dubái en EAU fueron pioneros en desarrollar actividades económicas en sectores no relacionados con la explotación de hidrocarburos. Baréin se convirtió en un centro financiero mientras que Dubái desarrolló…