POLÍTICA EXTERIOR  >   NÚMERO 195

Bandera china en las calles de Belgrado en señal de agradecimiento (24 de marzo de 2020). GTRESONLINE/REUTERS

Prueba de fuego al orden internacional

El virus arroja luz sobre las vulnerabilidades del sistema internacional y supone la prueba de fuego definitiva de la globalización. ¿Qué vendrá después del cierre y el confinamiento?
Nathalie Tocci
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El Covid-19, la enfermedad causada por el SARS-CoV-2, el nuevo coronavirus que se ha propagado rápidamente provocando una pandemia, podría ser la proverbial gota que colma el vaso. El orden liberal internacional, al igual que la Unión Europea, atraviesa dificultades desde hace años. Dicho orden, establecido y sostenido por Estados Unidos, se enfrenta a amenazas internas, en el propio gobierno de Donald Trump, y a amenazas exteriores planteadas por retadoras potencias antiliberales como China y Rusia.

Languidecen así las reglas, normas e instituciones que han regido la sociedad global a lo largo de más de 70 años. La UE, por su parte, se ha visto sacudida por sucesivas crisis de la zona euro y por intensos flujos migratorios, mientras que las regiones vecinas han sufrido conflictos diversos, incluso algunas han colapsado. El Covid-19 bien podría ser la puntilla que remate un orden internacional basado en reglas y el proyecto europeo que ha florecido en su seno. No obstante, la crisis sanitaria también podría hacer resurgir de sus cenizas al ave fénix europeo. Dependerá en gran parte de cómo responda Europa, tanto interna como externamente.

Tocan las campanas a rebato: se han dejado de lado el negacionismo, los titubeos y las peligrosas hipótesis basadas en la inmunización de grupo. Y se hace evidente un hecho: pese a su coste político, social y económico, la contención del coronavirus ha obligado a clausurarlo todo de momento.

Nos hemos ido encerrando en casa para protegernos a nosotros mismos, a nuestros seres queridos y a nuestros conciudadanos. Nuestros hijos e hijas han dejado de ir a la escuela, no pueden visitar a sus abuelos y quedan con sus amigos y amigas virtualmente. Trabajamos desde casa, salimos solo a hacer la compra o, si es necesario, por razones de salud, aplaudimos o cantamos desde nuestros balcones…

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