POLÍTICA EXTERIOR  >   NÚMERO 118

Sangre española en Oriente Próximo

Editorial
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La muerte de seis soldados españoles el 24 de junio en Jiam, sur de Líbano, por un ataque, al parecer, con coche-bomba contra el convoy en el que viajaban, pone dolorosamente de actualidad el riesgo que corren los 2.800 militares españoles destinados en misiones fuera de España, y subraya una vez más el caos político y de seguridad que reina en Líbano, sin control interno ni externo. A la permanente sangría de Irak, se añade el enfrentamiento entre el ejército libanés y grupos islamistas radicales y la guerra civil abierta entre Hamás y Al Fatah en Palestina.

Los tres colombianos y tres españoles asesinados en Líbano elevan a 135 el número de soldados del ejército español muertos en 20 años de misiones en el exterior. Terribles pérdidas para sus familias, para las fuerzas armadas y para la sociedad española. Tributo de sangre que se paga por el generoso intento de llevar la paz a sociedades azotadas por la violencia; también por la responsabilidad de estabilizar áreas geográficas cruciales para la seguridad mundial. Algún día, la sociedad española deberá rendir el homenaje que se merecen esos hombres y mujeres que arriesgan sus vidas en nombre de todos los españoles.

Esos españoles exportan la paz y contribuyen a la seguridad colectiva. Hay que incluir, naturalmente, a los soldados hispanoamericanos que sirven de forma eficaz bajo nuestra bandera.

Las españolas son las primeras bajas de la Fuerza Provisional de la ONU en Líbano (Finul) desde que hace casi un año, el 11 de agosto de 2006, el Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas aprobó la resolución 1701, que puso fin a las hostilidades en el sur del país entre el grupo chií Hezbolá y las fuerzas de defensa israelíes. La resolución del Consejo aumentaba hasta 15.000 los efectivos de la antigua Finul…

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