POLÍTICA EXTERIOR  >   NÚMERO 218

Ilustración de Ximena Maier.

Seis Claves: El riesgo de una escalada nuclear

Desde la invasión de Ucrania, Putin ha proferido reiteradas amenazas nucleares contra Occidente aprovechándose del enorme arsenal nuclear ruso para disuadir del respaldo a Kiev.
Pedro Rodríguez
 | 

1.– Proliferación sin equilibrio. Robert Gates, secretario de Defensa de EEUU entre 2006 y 2011, explicaba en nuestro penúltimo número hasta qué punto estamos asistiendo a una proliferación de armas nucleares sin equilibrio. En pocos años, Washington se puede enfrentar a un arsenal nuclear colectivo –Rusia, China, Corea del Norte e Irán– que duplique el suyo.

En una carrera sobre todo a tres bandas, China, Rusia y Estados Unidos están gastando enormes presupuestos en ampliar o modernizar sus arsenales nucleares, lo que aumenta el peligro siempre presente de una confrontación por error.

2.– El colapso de la arquitectura de control. Durante la Guerra Fría, Estados Unidos y la Unión Soviética, a pesar de su rivalidad, fueron capaces de llegar a diversos acuerdos que imponían límites sobre sus respectivos arsenales. Todo ese entramado de diplomacia, negociación y entendimiento entre Moscú y Washington ha desaparecido con la excepción del Nuevo Tratado START sobre limitación de armas estratégicas ofensivas. La participación de Rusia fue suspendida por Putin pese a haber sido prorrogado hasta el 4 de febrero de 2026.

3.– 90 segundos para la medianoche. Fundado en 1945 por Albert Einstein, Robert Oppenheimer y científicos de la Universidad de Chicago que ayudaron a desarrollar el Proyecto Manhattan, el Boletín de los Científicos Atómicos creó el Reloj del Juicio Final dos años más tarde para transmitir las amenazas de una catástrofe sin fronteras. En su última edición, el boletín alerta de un estrecho margen de 90 segundos para la medianoche. A su juicio, la guerra en Ucrania y la creciente y generalizada dependencia en las armas nucleares, han aumentado el riesgo de escalada.

4.– En el remoto desierto de Xinjiang donde China detonó su primera bomba atómica hace casi 60 años, se ha detectado un pozo vertical con casi un kilómetro de profundidad. Es la prueba más clara de que Pekín sopesa probar una nueva generación de armas nucleares que podría aumentar la letalidad de su fuerza de misiles en rápida expansión. Esta expansión socavaría la prohibición mundial de ensayos nucleares iniciada en 1996.

5.– Irán. El régimen de Teherán sigue enriqueciendo uranio hasta casi poder fabricar sus propias armas nucleares, posiblemente con la ayuda de Rusia. Los esfuerzos para restablecer un acuerdo nuclear con Irán por parte de la Administración Biden parecen improbables, mientras la guerra en Gaza entre Israel y Hamás tiene el potencial de escalar más allá de Oriente Medio. Por su parte, la rivalidad nuclear de Pakistán y la India también continúa sin pausa ni freno.

6.– Corea del Norte. Pyongyang sigue siendo un peligroso parque temático de armas de destrucción masiva, con renovada producción de cargas nucleares y misiles de largo alcance. Kim Jong-un ha abandonado la búsqueda de mejores relaciones con EEUU y Corea del Sur y se acerca a la Rusia de Putin mientras se prepara incluso para un conflicto armado al amparo de su propio paraguas nuclear.