POLÍTICA EXTERIOR  >   NÚMERO 36

Sociedad civil y poder político

El sistema electoral de la sociedad civil contemporánea supone una rebelión de las masas. Las diferencias entre la sociedad y su expresión política son cada vez mayores. Los partidos políticos no pueden ser el único canal de representación de la población.
Salvador López de la Torre
 | 

Mario Conde ha recibido su investidura como doctor honoris  causa de la Universidad Complutense el 9 de junio, en  ocasión solemne, no sólo por la naturaleza del acto, sino por  la presencia de S.M. el Rey, en la ceremonia.  

Junto a esta reseña del acontecimiento, resulta indispensable añadir  que el asunto tenía múltiples atractivos para dedicar una reflexión a su  contenido y a sus fuentes de referencia, puesto que Mario Conde había  elegido como título de su disertación el de “Sociedad civil y poder  político”, quizá uno de los puntos más importantes que deben plantearse  los pueblos democráticos en este período finisecular donde la vida política  ha sufrido el inmenso terremoto del hundimiento del comunismo, capaz de  trastornar la total geometría de la convivencia política, organizada hasta  ahora por cauces de representación parlamentaria exclusivamente por los  partidos, bien distribuidos según reglas establecidas en un horizonte  ideológico que empezaba por la izquierda para terminar a la derecha.  

Las alternativas del poder se reducían así a proclamar la victoria de  unos en detrimento de los otros, mientras se guardaba prácticamente intacto el contenido general de la opinión popular. Cuando ganaba la  derecha era a costa de los votos de la izquierda y viceversa, en una  disputa pendular donde por encima de las circunstancias electorales  quedase prácticamente intacta la asistencia popular en las consultas.  

La novedad electoral que vive la sociedad contemporánea es una  nueva rebelión de las masas que marcha en dirección rigurosamente  contraria a la, en su tiempo, precisa profecía orteguiana, porque ahora el  censo electoral no se agrupa en colosales bloques humanos dispuestos en  formación de combate para conquistar el poder.  

Ahora el voto se desparrama en una serie de candidaturas originales y  a veces extravagantes que reúnen, sin embargo, considerable apoyo  electoral, sobre todo cuando el sistema por el…

PARA LEER EL ARTÍCULO COMPLETO