LAURENCE THIEUX

Tras el inicio de la guerra del Sucot, la aniquilación de la población de Gaza se inscribe en la lógica colonial del Estado de Israel con la impunidad permitida por Occidente.
Desde la dimisión de Buteflika, el poder no ha cedido en nada sustancial. La protesta popular continúa: pacífica, masiva, transversal y sostenida.
La sublevación popular, que ha destapado los entresijos de la guerra de clanes, no se conforma con la caída del presidente, sino que reivindica un cambio radical del sistema.