Benedicto XVI sale de escena

 |  11 de febrero de 2013

 

Tras la primera renuncia en 600 años de un Sumo Pontífice, merece la pena repasar la historia de Benedicto XVI, en el cargo desde 2005. Para ello, ofrecemos en abierto este artículo para Política Exterior que escribió en 2009 Antonio Pelayo, consejero eclesiástico de la embajada de España en la Santa Sede, sobre la figura poco y mal conocida de Joseph Ratzinger.

PE 129 Cuatro años de Benedicto XVI – Antonio Pelayo

Un cardenal que ha tenido el hándicap considerable de suceder a Karol Wojtyla, quien a lo largo de sus 27 años de pontificado recorrió el planeta de cabo a rabo, publicó 13 encíclicas, pronunció miles de discursos y, desde su esfera, contribuyó al desplome del imperio soviético, cambiando la morfología política del mundo.

Ratzinger asumió el papado a los 78 años y ahora lo deja a los 85. “La tarea del sucesor de Pedro es hacer resplandecer la cruz de Cristo, no la suya propia”, había proclamado en la homilía de su primera misa. Ya entonces se sabía que su pontificado no sería largo. En estos ocho años, la diplomacia ha continuado siendo un elemento clave. La Santa Sede mantiene en estos momentos relaciones diplomáticas con 179 países y gobierna a más de 1.000 millones de fieles en todo el mundo.

Entre los 17 países con los que la Santa Sede no mantiene relaciones diplomáticas destacan China, Arabia Saudí, Mauritania, Omán, Somalia, Afganistán, Corea del Norte y Vietnam.

En 2007, Benedicto XVI escribió una “Carta a los obispos, presbíteros, a las personas consagradas y a los fieles laicos en la República Popular China”. En ella el Papa mostraba su “disponibilidad para un diálogo sano y constructivo” y planteaba el “problema número uno” en sus relaciones con el poder político: el libre nombramiento de obispos. “La Santa Sede –escribía Benedicto XVI– quisiera ser completamente libre en el nombramiento de obispos; por tanto, a la vista del reciente peculiar camino de la Iglesia en China, deseo que se encuentre un acuerdo con el gobierno para resolver algunas cuestiones que se refieren a la selección de candidatos al episcopado, la publicación del nombramiento de obispos o el reconocimiento de nuevos obispos por parte de las autoridades civiles”.

“Desde entonces se sucedieron las conversaciones reservadísimas entre diplomáticos que casi permiten hablar de un modus vivendi pragmático pero que no aborda el problema de fondo –narra Pelayo–. Estrategia en la que los dirigentes chinos pasan por maestros”.

 

Para más información:

Reuters, «With Benedict resigning, can Latin American claim papacy?». Artículo, febrero 2013.

Ramón Armengod, «Diálogo entre religiones». Política Exterior 114, noviembre-diciembre 2006.

Ramón Armengod, «La política exterior de un Papa». Política Exterior 105, mayo-junio 2005.

 

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