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Bruselas-Taipéi: nuevo juego

La UE ha intensificado su compromiso con Taiwán hasta un nivel impensable hace tan solo unos años. Esto refuerza la posición de EEUU en su tira y afloja con China. Pero también supone un reto para Bruselas, que tendrá que encontrar un equilibrio entre mantener la política de ‘una sola China’, seguir profundizando en los lazos con Taipéi y asegurar margen de maniobra diplomático.
Nicola Casarini
 |  11 de octubre de 2022

La visita de Nancy Pelosi, presidenta de la Cámara de Representantes estadounidense, a Taiwán en agosto de 2022 y los consiguientes ejercicios militares y represalias diplomáticas de China han reavivado las tensiones internacionales en Asia Oriental. El gobierno de Biden ha prometido defender la isla, mientras que el Congreso estadounidense ha sido muy activo en el envío de delegaciones a Taiwán.

Menos conocido es que también Europa ha intensificado su compromiso con Taiwán hasta un nivel impensable hace tan sólo unos años, una dinámica que se acoge con satisfacción en Washington pero que corre el riesgo de provocar represalias comerciales por parte de Pekín. Si no se gestionan con cuidado, estas acciones amenazan con reducir el margen de maniobra diplomático de la UE y su capacidad para contribuir a una solución pacífica de las relaciones a través del Estrecho.

 

Profundización de los lazos entre la UE y Taiwán

Desde 2021, las relaciones entre Europa y Taiwán se han intensificado de forma espectacular. Los gobiernos europeos siguen acatando oficialmente la política de “Una China”, es decir, el reconocimiento de la posición de Pekín de que solo hay un gobierno chino. En virtud de esta política, la UE y sus Estados miembros reconocen y mantienen vínculos formales con la República Popular China y no con la isla de Taiwán. Sin embargo, en la práctica, varias instituciones de la UE y gobiernos europeos tratan a Taiwán como un Estado independiente “de facto” con el que tienen derecho a mantener relaciones económicas y políticas.

El Parlamento Europeo lidera los esfuerzos para elevar el estatus de Taiwán. El 21 de octubre de 2021, la legislatura de la UE adoptó una recomendación sobre las relaciones políticas y la cooperación entre la UE y Taiwán. Entre sus diversas iniciativas, los legisladores aprobaron una recomendación para poner en marcha urgentemente “una evaluación de impacto, una consulta pública y un ejercicio exploratorio sobre un acuerdo bilateral de inversión con las autoridades taiwanesas”. Los eurodiputados también expresaron su gran preocupación por la continua beligerancia militar y las violaciones del espacio aéreo por parte de China, e instaron a la UE a hacer más para hacer frente a estas tensiones, para proteger la democracia de Taiwán y el estatus de la isla como un importante socio de la UE.

 

«Los gobiernos europeos siguen acatando oficialmente la política de ‘Una China’, es decir, el reconocimiento de la posición de Pekín de que solo hay un gobierno chino»

 

En noviembre de 2021, una delegación de siete miembros del Parlamento Europeo encabezada por el eurodiputado francés Raphael Glucksmann también visitó Taiwán. Esta fue la primera delegación oficial enviada por el Parlamento Europeo (PE) a la isla. Además, la vicepresidenta del PE, Nicola Beer, eurodiputada alemana del Partido Democrático Libre, visitó Taiwán en julio de 2022, donde se reunió con la líder taiwanesa Tsai Ing-wen para hablar de la mejora de las relaciones entre ambas partes. Está previsto que la Comisión de Comercio Internacional del Parlamento Europeo visite Taiwán en diciembre de 2022. Sería la primera vez en la historia que esta Comisión –una de las más importantes del Parlamento– envía una delegación a Taiwán.

Las legislaturas nacionales también han adoptado resoluciones y han enviado –o tienen previsto enviar– delegaciones a Taiwán. Por ejemplo, una comisión del Bundestag alemán adoptó el 9 de diciembre de 2021 una resolución en la que pide al gobierno de Berlín que reevalúe su política hacia Taiwán y profundice en los intercambios con este país. La Comisión de Peticiones del Bundestag dejó claro que, a la luz de la rápida evolución de la situación internacional, el gobierno alemán debería reevaluar su postura respecto a Taiwán, incluyendo su posible reconocimiento como Estado soberano.

La Comisión de Derechos Humanos del Bundestag alemán ha anunciado que enviará una delegación de ocho legisladores de seis partidos políticos a Taiwán a finales de octubre de 2022. Una delegación de alto nivel del Senado francés visitó Taiwán a principios de septiembre, es la segunda delegación del Senado francés que visita la isla en 2022. Por su parte, la Comisión de Asuntos Exteriores de la Cámara de los Comunes del Reino Unido planea una visita a Taiwán para finales de 2022. Asimismo, se espera que una delegación de diputados italianos visite la isla a finales de 2022.

Los legisladores no son los únicos que viajan a la isla para mostrar su apoyo a Taiwán. Varios Estados miembros de la UE han enviado –o planean enviar– delegaciones gubernamentales a pesar de las críticas de Pekín.

En agosto de 2022, una delegación lituana encabezada por la viceministra de Transportes y Comunicaciones, Agne Vaiciukeviciute, visitó Taiwán, durante la visita se anunció que el Estado báltico abrirá una oficina comercial en Taipei. En respuesta, Pekín impuso sanciones a la política lituana. Eslovenia y la República Checa también han criticado a China y han reforzado sus relaciones con Taiwán, lo que forma parte de una tendencia de aumento de las actitudes negativas hacia Pekín por parte de los países de Europa Central y Oriental (ECO). En agosto de 2022, Letonia y Estonia se unieron a Lituania en abandonar la llamada agrupación 16+1, un formato entre Pekín y los países de ECO establecido en 2012 como plataforma para la cooperación conjunta en proyectos de infraestructura y desarrollo.

Los gobiernos y políticos de Europa Occidental también están mostrando un creciente apoyo a Taiwán. La ministra de Asuntos Exteriores alemana, Annalena Baerbock, ha hecho varias declaraciones a favor de Taiwán. En agosto de 2022, hablando en una conferencia de las Naciones Unidas, Baerbock advirtió contra la escalada de tensiones con Taiwán y expresó su apoyo a la democracia isleña, generando la ira de Pekín.

 

«Giorgia Meloni (…) ha prometido que, en caso de que se convierta en primera ministra, promoverá las relaciones entre Italia y Taiwán»

 

Giorgia Meloni, líder del partido conservador de extrema derecha italiano Hermanos de Italia (FdI, por sus siglas en italiano), se reunió con Andrea Sing-Ying Lee, jefe de la oficina de representación de Taiwán en Roma, a finales de julio de 2022. Durante la visita, Meloni se dirigió a Sing-Ying Lee como “embajador de Taiwán”, prometiendo que, en caso de que se convierta en primera ministra, promoverá las relaciones entre Italia y Taiwán y desempeñará un papel positivo en el avance de los vínculos más amplios entre Bruselas y Taipei.

Junto con los parlamentos y gobiernos europeos, la Comisión Europea está estrechando lazos con Taiwán en varios ámbitos, como las tecnologías de la información y la comunicación y los semiconductores. Bruselas ha iniciado recientemente conversaciones informales sobre un ejercicio exploratorio con Taipei con vistas a un tratado bilateral de inversión, un tema discutido durante el último Diálogo sobre Comercio e Inversión entre la UE y Taiwán, que tuvo lugar el 2 de junio de 2022 en Bruselas.

Implicaciones para Estados Unidos y China

El creciente compromiso de Europa con Taiwán refuerza la posición de Estados Unidos en su tira y afloja con China. Washington anunció que iniciará conversaciones comerciales con Taiwán. La Iniciativa EEUU-Taiwán sobre el Comercio del Siglo XXI, fue presagiada por el coordinador de la Casa Blanca para el Indo-Pacífico, Kurt Campbell, después de que China incrementara sus ejercicios militares a través del Estrecho de Taiwán tras la visita de Nancy Pelosi a principios de agosto de 2022. EEUU sigue defendiendo el derecho de los legisladores y funcionarios a visitar Taiwán y presiona a sus aliados para que hagan lo mismo.

Como resultado directo del establecimiento del Diálogo de alto nivel UE-EEUU para el Indo-Pacífico en diciembre de 2021, los aliados transatlánticos han intensificado la coordinación sobre Taiwán. Hay planes para que una delegación parlamentaria occidental visite la isla, una idea que se debatió en el contexto de la Alianza Interparlamentaria sobre China (IPAC, por sus siglas en inglés), un grupo internacional multipartidista de legisladores formado en 2020 para trabajar contra Pekín y la Comisión para el Avance de un Mundo Libre que está formada por legisladores de EEUU y aliados de toda Europa y Asia. Muchos de los miembros de la Comisión y de la IPAC también pertenecen a la Asamblea Parlamentaria de la OTAN que en los últimos meses ha hecho más patente en sus críticas a Pekín y en su apoyo a la democracia taiwanesa.

El apoyo europeo a Taiwán es importante, ya que el número de países que reconocen formalmente a la isla ha disminuido significativamente en los últimos años, lo que plantea la cuestión de si el activismo de Europa puede ayudar a invertir esta tendencia, y cuál puede ser la respuesta de China. Los pequeños Estados miembros de la UE son especialmente vulnerables a las represalias comerciales chinas.

 

«¿Encontrará Europa la fuerza necesaria para seguir estrechando lazos con Taiwán y resistir las amenazas de represalias económicas procedentes de Pekín?»

 

La comunidad empresarial también está preocupada por la posible reacción de Pekín contra las empresas europeas, ya que China sigue siendo un socio económico muy importante para la UE. El déficit comercial del bloque con China asciende actualmente a 249.000 millones de euros. A medida que aumenta la dependencia económica de Europa respecto a China, ¿encontrará Europa la fuerza necesaria para seguir estrechando lazos con Taiwán y resistir las amenazas de represalias económicas procedentes de Pekín? Como enseña el caso de Ucrania, hay un precio a pagar para defender la libertad y la democracia de los regímenes autoritarios.

El acercamiento de Europa a Taiwán es un hecho positivo, ya que da sentido y contenido a los compromisos de la UE con una política exterior basada en valores. Sin embargo, seguir ciegamente la dura línea de EEUU con respecto a China corre el riesgo de reducir el margen de maniobra de Europa para promover iniciativas diplomáticas destinadas a reducir las tensiones en la región. Fomentar las relaciones de cooperación con todas las naciones asiáticas, incluida Pekín, es un pilar fundamental de la política exterior de la Estrategia de la UE para el Indo-Pacífico emitida en septiembre de 2021. Además, la Brújula estratégica de la UE –un plan de acción para reforzar la política de seguridad y defensa de la UE para 2030 adoptado en marzo de este año– considera a China un competidor, pero también un socio. Los documentos de la UE relativos a China y al Indo-Pacífico se sitúan en contraste con los EEUU, que considera cada vez más a Pekín como una gran amenaza para la primacía mundial de Washington.

El reto que tienen por delante los responsables políticos de la UE es, pues, encontrar un equilibrio entre tres dinámicas principales: (i) mantener la política de “una sola China” de la UE para no poner en peligro las relaciones con Pekín; (ii) seguir profundizando en los lazos con Taipei, incluido el apoyo a las iniciativas destinadas a disuadir una posible invasión futura de la isla; (iii) evitar la percepción de una UE que se pone demasiado del lado de Washington, para mantener el margen de maniobra diplomático.

Para ello, la UE debería establecer un canal de comunicación con Pekín sobre la seguridad en Asia Oriental con el objetivo de transformarlo, con el tiempo, en un mecanismo de diálogo estructurado de alto nivel que complemente el diálogo de alto nivel entre la UE y Estados Unidos sobre el Indo-Pacífico. Por supuesto, China seguirá percibiendo a Europa como un socio menor de Washington y desconfiará de las intenciones de la UE, mientras que EEUU puede estar en contra de ese diálogo sino-europeo por miedo a perder influencia.

Sin embargo, si la UE quiere ser un actor político en Asia Oriental y contribuir seriamente a reducir las tensiones en una zona que podría fácilmente descontrolarse –y ser muy perjudicial para el viejo continente–, el diálogo con China es esencial. Europa se está acercando, con razón, a Taiwán; también es hora de estrechar la mano de Pekín.

Artículo originalmente publicado en inglés en la web de Instituto Affari Internazionali.

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