Esta semana en Informe Semanal de Política Exterior

 |  27 de septiembre de 2010
Tensiones en Irlanda y Portugal.

El hecho de que los mercados de deuda hayan vivido varios meses de cierta tranquilidad no significa que la incertidumbre haya desaparecido. La reciente degradación de la economía y las cuentas públicas de Irlanda y Portugal ha reavivado las dudas sobre su capacidad para colocar deuda pública en el mercado y también a extender la sensación de que están abocados a un plan de rescate similar al de Grecia.

Aun cuando fue el primer país en poner en marcha un plan de ajuste, la destrucción de actividad económica en Irlanda –en gran parte por el estallido de la burbuja inmobiliaria–, ha sido tan grave que la situación económica es ahora mucho peor que hace tres años. La publicación por Barclays de un duro informe sobre la economía irlandesa acabó por desatar el rumor, desmentido por el gobierno de Dublín, de que el país estaba a punto de acudir al fondo de rescate de 750.000 millones de euros creado por la Unión Europea y el Fondo Monetario Internacional.

Según Barclays, el Anglo Irish Bank, nacionalizado en 2009, necesitará 35.000 millones de euros en fondos públicos para ser reflotado. En total, las ayudas para el conjunto del sistema bancario podrían alcanzar hasta un 31% del PIB, una cifra desmesurada para un país tan pequeño y que podría llevar la ratio de deuda/PIB hasta el 136% en 2014, frente al 25% de 2007.

Sobre Portugal, lo que más preocupa es el estancamiento de su economía y la incapacidad del gobierno de José Sócrates para llevar adelante los planes de recorte de gasto aprobados por el Parlamento y bajar el déficit desde el 9,4% del año pasado al 7,3% fijado para 2010. Hasta julio, el déficit fiscal aumentó en 400 millones de euros debido a un crecimiento del 5,7% del gasto público.

Pese a esos malos augurios, ambos países lograron colocar deuda el 21 de septiembre sin grandes dificultades. La emisión de Portugal, prevista inicialmente sobre los 1.000 millones de euros, fue reducida a 750 millones. Pero ambos tuvieron que ofrecer los tipos más altos desde la llegada del euro. Portugal tuvo que pagar 375,8 puntos básicos más que el bund alemán a 10 años, por encima de los 348 que había pagado el 16 de septiembre. E Irlanda 387 puntos. Desde entonces, los spreads han seguido aumentando.

España, en cambio, no tuvo ninguna dificultad en colocar el 20 de septiembre unos 7.000 millones de euros en letras a un año y a 18 meses con un ligero aumento de retribución desde junio, lo que revela una mayor confianza por parte de los inversores. De hecho, su diferencial con el bund alemán estaba la semana pasada en ratios aceptables, 173 puntos básicos, aunque al alza. Sin embargo, no pueden descartarse nuevos sobresaltos, porque la deuda pública española no solo no ha bajado sino que ha crecido un 19% en el primer semestre, hasta los 598.764 millones de euros, el 56,7% del PIB.

Para más información:

Roubini Global Economics, «Eurozone Sovereign Risk Flares Up Again: September Hurdles». Informe, septiembre de 2010.

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