Esta semana en Informe Semanal de Política Exterior: Arabia Saudí

 |  7 de noviembre de 2011

 

Península Arábiga: sucesión ‘ad portas’ en Arabia Saudí.

Desde la creación del Estado saudí en 1932, Sultan bin Abdelaziz es el primer príncipe heredero que muere antes de convertirse en el monarca del reino dominado por la dinastía Al Saud. El nuevo heredero, Nayef bin Abdelaziz, de 78 años, es relativamente joven en medio de la gerontocracia absolutista saudí, pero está igualmente afectado por una larga serie de enfermedades.

El Consejo de Lealtad –el órgano creado por el rey Abdalá en 2005 para dirimir los posibles problemas de sucesión– vive estos días una inusitada inquietud. El príncipe Nayef, además de ministro del Interior desde hace 36 años y segundo viceprimer ministro desde 2009, ya regía de facto los destinos del país desde 2009 ante las frecuentes ausencias del rey y del príncipe heredero provocadas por sus crónicas enfermedades.

La regencia de Nayef y su futuro reinado serán por ello solo un interregno transitorio mientras se prepara la siguiente generación de descendientes de Abdel Aziz bin Saud, fundador del reino. Tras su muerte, en 1953, todos los reyes saudíes han sido cinco hijos suyos, que han reinado sucesivamente.

Nayef, con toda probabilidad será el último de esa saga, lo que abre un escenario incierto en el reino, uno de los países más herméticos del mundo y que, literalmente, flota en un océano de petróleo, con reservas probadas de 300.000 millones de barriles de crudo.

Desde su nueva posición de poder, Nayef tendrá un mayor margen para promover sus ideas ultraconservadoras en un país sometido a poderosas tensiones internas y externas, especialmente con Irán, que nunca ha renunciado al objetivo de sustituir el liderazgo regional de los saudíes.

Nayef se ha declarado radicalmente en contra de los derechos de las mujeres y de la libertad de expresión. Está empeñado además en ver reconocido a Arabia Saudí como líder indiscutido del mundo árabe y del islam suní. Pero nada de ello debe interpretarse como un giro en la orientación política del reino, ni mucho menos un problema para Washington, interesado ante todo en mantener su secular alianza con el mayor productor mundial de petróleo.

Sin embargo, la fidelidad de la familia real a las reglas de sucesión instauradas por el fundador ha incrustado en el sistema un factor de inestabilidad, en la medida en que el paso de los años ha llevado a sus descendientes a unas edades que hacen insostenible el modelo, sin que existan reglas de juego claras para dar el salto a la generación siguiente, cuyos numerosos príncipes ya compiten soterradamente por hacerse con el poder cuando llegue la hora.

Para más información:

Catalina Gómez Ángel, «Arabia Saudí-Irán, guerra fría entre musulmanes». Política Exterior núm. 144, noviembre-diciembre 2011.

Xavier Batalla, «El dilema del rey». Afkar/Ideas núm. 28, invierno 2010-2011.

Haizam Amirah Fernández, «Relaciones internacionales del Golfo: intereses, alianzas, dilemas y paradojas». Afkar/Ideas núm. 28, invierno 2010-2011.

Graham E. Fuller, «Religión, política y hegemonía en el Golfo». Afkar/Ideas núm. 28, invierno 2010-2011.

 

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