Guerra civil en Siria: la cotidianidad de un conflicto

 |  23 de mayo de 2013

 

Por María Barreiro, politóloga.

Vivir en medio de una guerra es desconcertante. Las personas se adaptan y continúan con sus tareas en un intento de normalización. Una niña acompaña a su madre a comprar al mercado, es la época de la cereza; los ciudadanos forman una hilera esperando el pan que les da el grupo rebelde Jabhat al-Nusra, vinculado a Al Qaeda; un hombre vende zumo en una intersección, en el punto exacto donde el día anterior moría un compañero a manos de un francotirador del gobierno; una escuela infantil es utilizada como refugio. Las imágenes cotidianas se mezclan con el ruido de guerra en Alepo, como refleja este reportaje fotográfico de Mackenzie Knowles-Coursin para Foreign Policy.

Alepo, la segunda ciudad de Siria, está dividida: en el oeste se encuentran las fuerzas del gobierno, en el este, los rebeldes. Muchas personas mueren a diario en un conflicto que comenzaba con el despertar democrático de la “primavera árabe” en marzo de 2011, y que con la entrada de 2012 daba paso a una guerra civil que dura hasta hoy. Miles de refugiados son acogidos por los países vecinos, preocupados de que el conflicto les alcance de manera directa, como es el caso de Turquía.

La violencia del régimen sirio ha sido condenada por la comunidad internacional, que debido a la parálisis del Consejo de Seguridad por los vetos de Rusia y China formaba en febrero de 2012 el grupo “Amigos de Siria”: Estados Unidos, la Unión Europea, Turquía, Túnez, Egipto, Libia, Jordania, Arabia Saudí y Qatar son algunos de los Estados que, por intereses diversos, condenan el régimen sirio. Por su parte, el presidente Bachar el Asad cuenta con los destacados apoyos de Irán y Hezbolá, Rusia y China.

En una reunión celebrada este 22 de mayo en la capital jordana, los “Amigos de Siria” han establecido las bases para una conferencia en Ginebra en la que representantes del régimen sirio y de la oposición se sienten a negociar. John Kerry, secretario de Estado de EE UU, y el ministro de exteriores británico, William Hague, insisten en la urgencia de formar un gobierno transitorio y en la intención de aumentar el respaldo a los rebeldes si el régimen sirio no acude a Ginebra.

Decidir qué hacer en Siria es como elegir entre el infierno y el averno. Thomas L. Friedman reflexiona sobre el asunto en su columna en el International Herald Tribune: “¿Deberíamos proporcionar armas a los rebeldes? Solo podemos contestar a esta pregunta si antes pensamos qué Siria queremos y cómo podemos llegar a ella, más allá de las armas”. Para Friedman, la verdadera cuestión recae en cómo podrá ser gobernado el país tras 50 años de explosión demográfica, mala administración medioambiental y estancamiento educativo. Propone una única forma de salir de este laberinto: una fuerza internacional de paz que consiga que las personas olviden sus diferencias y se unan en un Estado basado en la confianza.

Quizá haya que ir más allá de los intereses internacionales y preguntarle directamente a Siria qué futuro quiere para sí. Como explica Salam Kawakibi, politólogo y director interino de Arab Reform Initiative, en este artículo para Política Exterior 147, el futuro cercano de Siria parece lleno de incertidumbres y complicaciones. “No bastarán reformas políticas, constitucionales y judiciales para diseñar un porvenir propicio para los habitantes de este país milenario –afirma Kawakibi–. Es vital levantar desde ya una sociedad fragmentada y ahogada, a la que hemos de devolver su statu quo comunal”. Se trataría de una gran labor de fondo para restaurar la ciudadanía, tras decenios de cultura del miedo que han retraído a los habitantes de este país a la condición de súbditos. “Habrá que trabajar con ahínco para restaurar y devolver la salud al tejido social, que se verá muy afectado por este proceso revolucionario al que se han dedicado muy pocos esfuerzos”, añade el politólogo.

Los sirios, concluye Kawakibi, han comprendido que no deben esperar nada del exterior: “Su asombrosa resistencia, su imparable creatividad a la hora de idear nuevas formas de contestación y su cohesión nacional, relativamente intacta, podrán tomar el relevo del futuro”. Ojalá.

 

Para más información:

Ignacio Álvarez-Ossorio, “La vecindad conflictiva de Turquía y Siria”. Política exterior 151, enero-febrero 2013.

Ignacio Álvarez-Ossorio, «Consejo Nacional sirio: crónica de un fracaso anunciado». Afkar/Ideas 36, invierno 2012-2013.

Salam Kawakibi, “Siria: una crisis sin fin ni respuesta internacional”. Política exterior 147, mayo-junio 2012.

Entrevista a Rima Dali, «Detened las muertes en Siria». Afkar/Ideas 35, otoño 2012.

Bassam Haddad, «Hablar con seriedad de Siria». Afkar/Ideas 33, primavera 2012.

Thomas L. Friedman, “Tell me how this ends”. International Herald Tribune, mayo 2013.

Jodi Rudoren, “A lost generation: young Syrian refugees struggle to survive”. The New York Times, mayo 2013.

Aljazeera, “Kerry urges Assad to commit to peace”. Artículo, mayo 2013.

Golda Arthur, “El jabón más antiguo del mundo, víctima de la guerra”. BBC Mundo, mayo 2013.

 

2 comentarios en “Guerra civil en Siria: la cotidianidad de un conflicto

  1. insallah

  2. Un artículo muy interesante, que deja entrever la dificultad de una pronta solución, debido a los intereses internacionales que convergen sobre Siria y a su fracturación interna.

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