#ISPE: El cónclave y la demografía católica

 |  6 de marzo de 2013

 

Esta semana en Informe Semanal de Política Exterior: el sucesor de Benedicto XVI.

El 42% de los católicos del mundo vive en América Latina, pero la región solo tiene el 16% de los cardenales que van a elegir al nuevo Papa: 19 de 118. África tiene alrededor del 12% de los católicos y el 9,4% del colegio cardenalicio. Los asiáticos representan en torno al 10% del total y también cuentan con el 9,4% de los cardenales. Por su parte, Canadá y Estados Unidos, con el 10% del total, cuentan con el 12% de los cardenales. Brasil, el país con mayor población católica del mundo, tiene tantos cardenales electores como España. Solo Brasil y México reúnen a 220 millones de fieles y Colombia suma otros 40 millones.

La situación es tan desequilibrada que algunos altos clérigos latinoamericanos están planteando abiertamente la necesidad de corregir esa situación, lo que podría provocar realineamientos en el cónclave, aunque en teoría los cardenales no votan por criterios geográficos. El cardenal brasileño João Braz de Aviz, uno de los “papables” brasileños junto a Odilo Scherer, por ejemplo, ya ha abogado por la necesidad de que el colegio cardenalicio sea más “universal”, pidiendo que Europa y EE UU “cambien su mirada”. “Europa debe dejar de mirar a los otros continentes desde lo alto y tener una actitud fraternal hacia ellos. Eso desde un punto de vista político y económico, pero también en la Iglesia”, declaró tras la renuncia de Benedicto XVI. El último Papa no europeo fue el sirio Gregorio III, en el siglo VIII.

En Europa, el ministro de Educación irlandés, Ruairi Quinn, ha anunciado un plan para limitar el papel de la Iglesia en las escuelas públicas. En EE UU, según el National Catholic Reporter, una parroquia de cada cinco no tiene un párroco mientras que un 60% de los católicos no concede mayor importancia a las enseñanzas papales sobre cuestiones de moralidad sexual.

En África, en cambio, la población católica aumentó un 21% solo entre 2005 y 2010, más que en ningún otro lugar del mundo. En América Latina, a pesar de los avances de las congregaciones protestantes, la iglesia católica mantiene su prestigio prácticamente intacto. Según las encuestas de Latinobarómetro, año tras año es la institución más respetada en la mayoría de los países de la región, aunque ello no signifique una estricta adherencia a las doctrinas emanadas desde el Vaticano, como ilustra la reciente aprobación del matrimonio homosexual en Argentina, ciudad de México y São Paulo.

Algunas de las mayores manifestaciones de religiosidad popular del mundo tienen lugar en América Latina. Las multitudinarias peregrinaciones a los santuarios de la Virgen de Guadalupe en México, de la Virgen de Luján en Argentina o las procesiones del Señor de los Milagros en Perú, dan testimonio de una sensibilidad religiosa a flor de piel. Esa religiosidad ha permitido a la iglesia recuperar terreno. Hoy la región tiene 73 millones de católicos “carismáticos”, como se denomina a los creyentes más comprometidos con prácticas religiosas pentecostales. El más famoso, el sacerdote brasileño Marcelo Rossi, ha vendido 12 millones de discos y suele celebrar misas en estadios abarrotados.

La iglesia católica se mueve en un “mercado religioso” cada vez más competitivo. Hoy solo el 65% de los brasileños son católicos, frente al 90% de 1970. Pero sin autoridad moral, la jerarquía católica tiene una tarea muy complicada para retener a su fieles en una región donde el fervor religioso co­existe con una notoria laxitud moral y la violencia cotidiana.

Brasil es uno de los países que más han avanzado en esa dirección desde que en los años setenta, cuando bajo el liderazgo de obispos como Paulo Evaristo Arns, Aloísio Lorscheider y Luciano Mendes de Almeida, la archidiócesis de São Paulo se convirtió en una institución líder de la resistencia ecuménica contra los abusos del régimen militar. Algo similar ocurrió en Chile con la Vicaría de la Solidaridad creada por el cardenal Raúl Silva Henríquez y en Guatemala con el arzobispo Juan José Gerardi.

 

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