La larga carrera presidencial estadounidense

 |  17 de junio de 2011

En la democracia moderna más antigua del mundo, la carrera presidencial empieza temprano y acaba tarde. Una vez traspasada la frontera de las elecciones de medio mandato, la atención queda puesta en las presidenciales del siguiente año par. Comienza así un exigente maratón en el que cuenta tanto la salida como la llegada, la capacidad de resistencia y la de resucitar. En esta ocasión, quienes tienen que darse prisa en ganar impulso son los republicanos, que en 2012 deberán enfrentarse a quien se ha revelado como un gigante de la política americana: Barack Obama.

Quedan siete meses para que los republicanos lancen oficialmente el proceso de primarias, que se iniciarán el 6 de febrero de 2012 en Iowa, pero la carrera de fondo ya ha comenzado. El pistoletazo de salida lo ha dado un debate televisivo, que ha enfrentado a siete candidatos republicanos. A la cabeza del pelotón marcha Mitt Romney (1947), exgobernador de Massachussets (2002-2006), multimillonario y mormón. Ya se presentó como candidato en 2008, pero sus dudosas credenciales conservadores le hicieron un flaco favor. Como gobernador de Massachussets, Romney promulgó una ley que extendía la cobertura médica a ciudadanos del Estado que no contaban con seguro. Algo demasiado parecido, según estándares republicanos, a la reforma sanitaria desarrollada por Obama.

Otros presidenciables republicanos son Tim Pawlenty (1960), exgobernador de Minnesota (2002-2010) y Gary Johnson (1953), exgobernador de Nuevo México (1994-2002). Presente en el debate televisivo estaba Newt Gringrich (1943), artífice de la revolución conservadora que ganó la Cámara de Representantes para los republicanos en 1994, tras 40 años de travesía por el desierto. Y Ron Paul (1935), congresista por Texas, que lo intenta por tercera con escasísimas posibilidades, más allá de agitar la carrera.

La gran ausente del debate televisivo, no así de la carrera presidencial, fue Sarah Palin (1964), exgobernadora de Alaska (2006-2009). Palin, quien ya formó equipo en las presidenciales de 2008 con John McCain como candidata a vicepresidenta, aún no ha dado un paso al frente. El Tea Party, no obstante, sí estuvo presente en el debate televisivo, de la mano de Michele Bachmann (1956). La congresista por Minnesota tiene la difícil tarea de distanciarse de su correligionaria sin perder los apoyos que conforman la base de un movimiento que ha sacudido la política americana.

Frente a ellos, el 44º presidente de Estados Unidos. A pesar de las fluctuaciones en su popularidad y apoyos, Obama se presenta como un gigante de la política americana al que será muy difícil batir. Con la fábula de David y Goliat de fondo, Obama representa ahora el papel del segundo, a diferencia de en 2008, cuando contra todo pronóstico se alzó con la victoria en una carrera memorable por su intensidad y dinamismo.

En abril de este año, su director de campaña, Jim Messina, desgranaba las claves de lo que esperan sea una campaña tan intensa como la de 2008. El vídeo puede verse aquí. La clave, según Messina, estará en la expansión de las bases y en la  lucha voto a voto. “Lo haremos con tal intensidad que la campaña de 2008 parecerá prehistórica”, afirma Messina.

¿Cuáles son los temas sobre los que girará esta campaña? Economía, economía y economía. Estados Unidos no termina de pasar página y recuperarse de la grave crisis que se desató en 2008. Los dos grandes problemas que afronta la economía nacional son, en este momento, el desempleo (9% y subiendo) y el déficit público (cercano al 10% del PIB). En 1991, un presidente fuerte como George H. Bush empezó a perder las elecciones del año siguiente frente a un desconocido Bill Clinton. Bush subestimó a su adversario y no reconoció la importancia de las preocupaciones económicas en el electorado estadounidense.

Cuatro años después, Clinton derrotó con un amplio margen al republicano Bob Dole. La debilidad del bando republicano y la fortaleza de Clinton se asemejan a la situación actual. Obama, sin embrago, haría mal en confiarse. La larga carrera de las presidenciales estadounidenses no respeta rangos y ni credenciales, y no se acaba hasta el último segundo.

Para más información:

Jaime Ojeda, «Carta de América: Demócratas y republicanos en la batalla contra el déficit». Política Exterior núm. 141, mayo-junio 2011.

Financial Times, «Obama under fire in Republican debate». Artículo, junio 2011.

The Economist, «A beatable president». Artículo, junio 2011.

Jaime Ojeda, «Carta de América: Equilibrios demócratas ante un nuevo Congreso». Política Exterior núm. 139, enero-febrero 2011.

Jaime Ojeda, «Carta de América: El Tea Party en la prueba de noviembre». Política Exterior núm. 138, noviembre-diciembre 2010.

Norman Birnbaum, «El prisionero de la Casa Blanca». Política Exterior núm. 134, marzo-abril 2010.

 

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