La OTAN en Chicago: por una retirada ordenada de Afganistán

 |  23 de mayo de 2012

 

“Si hay una lección que sacar de la cumbre de la OTAN en Chicago, es esta: todo el mundo quiere salir de Afganistán, a toda prisa”, afirma el editorial de Le Monde del 22 de mayo. Tras más de una década de misión en el país centro-asiático, los franceses han abierto la veda. Su nuevo presidente, François Hollande, prometió en campaña electoral sacar a todas sus tropas del país (3.300 soldados) para finales de este año. En verano de 2013 está previsto que la iniciativa en los combates pase a manos del ejército afgano, mientras las tropas de la coalición pasan a un segundo plano. La fecha oficial de retirada de la ISAF, estadounidenses incluidos, está prevista para finales de 2014. Un contingente internacional, todavía por decidir, se quedaría para continuar adiestrando a las fuerzas de seguridad afganas.

Según datos de la misión de la OTAN en Afganistán, la situación militar sobre el terreno ha mejorado. Los ataques de la insurgencia, a la espera de la habitual ofensiva estival, han descendido. En el primer trimestre de 2012 ha habido un 21% menos de ataques que en el primer trimestre de 2011. En consecuencia, las bajas civiles han descendido en un porcentaje similar: un 20% en los cuatro primeros meses de 2012. La principal estrategia de la insurgencia sigue basándose en los artefactos explosivos improvisados (IED, en sus siglas en inglés). Alrededor del 70% de las bajas de la OTAN en Afganistán se han debido a estos artefactos; entre la población civil, la cifra es del 60%.

Los problemas siguen rodeando a la misión, no obstante. En el frente regional, los recelos siguen enturbiando las relaciones entre Estados Unidos y Pakistán, aliados accidentales. EE UU intentó en Chicago reabrir las rutas de abastecimiento de la ISAF desde suelo pakistaní, cerradas por Pakistán tras un ataque aéreo estadounidense que acabó con la vida de 24 soldados pakistaníes en noviembre de 2011. El acuerdo no se ha logrado aún.

Mientras Al Qaeda ha quedado muy debilitada y sin una presencia significativa en el país –el objetivo inicial de la invasión–, los talibanes permanecen vivos, preparados para cuando las fuerzas internacionales abandonen el teatro de operaciones. EE UU está presionando al presidente afgano, Hamid Karzai, para que acelere las negociaciones con los talibanes, a fin de evitar una escalada en la guerra civil. Por el momento, ni los talibanes ni Karzai están por la labor de cerrar un acuerdo que, piensan, debilitaría a ambas partes. Los talibanes confían en su fuerza. Karzai, en su instinto de supervivencia.

 

Para más información:

Luis Andrés Bárcenas y Darío Valcárcel, “Salida y permanencia en Afganistán”. Política Exterior 144, noviembre-diciembre 2011.

Estudios de Política Exterior, “La OTAN se reinventa a sí misma, una vez más”. Artículo, noviembre 2010.

Peter Beinart, “Obama’s Plan to Announce Afghanistan Withdrawal at NATO Summit Is Shrewd Politics”. The Daily Beast, mayo 2012.

 

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