Las finanzas alcanzan velocidad de crucero

 |  4 de mayo de 2012

 

La inteligencia artificial gana terreno en la defensa y en las finanzas, dos terrenos de juego donde el riesgo manda. En el ámbito de la defensa, los aviones no tripulados (UAV, en sus siglas en inglés) o drones realizan ya más horas de vuelo que los aviones tripulados estadounidenses, y son más los pilotos entrenados para pilotar un drone que para volar en sus equivalentes tripulados. El gran impulso a los UAV ha venido de la mano de la administración presidida por Barack Obama, inmersa en una guerra de baja intensidad y alta precisión contra las redes terroristas y la insurgencia en Afganistán, Yemen, Pakistán.

En el ámbito de las finanzas, el impulso inicial para el auge de la inteligencia artificial se produjo también en Estados Unidos, en este caso durante la administración de Bill Clinton. En 1998, la Securities and Exchange Commission (SEC), para animar la libre competencia, autorizó los intercambios electrónicos en los mercados de valores. Es decir, que los ordenadores pudiesen cursar órdenes de compra de activos financieros y cerrar operaciones, sin necesidad de intervención humana. Es lo que se conoce como negociación automatizada o negociación algorítmica.

Un algoritmo es programado en un ordenador, que decide según diversas variables –el momento, la cantidad o el precio de los activos financieros– si cursar o no una orden al mercado. Otros ordenadores interactúan con este ordenador y entre todos realizan operaciones en millonésimas de segundo. En lo que tarda un bróker en parpadear, sus “colegas” electrónicos ha inundado el mercado con miles de órdenes por cantidades pequeñas. Como explica Carlos Arenillas, exvicepresidente de la Comisión Nacional del Mercado de Valores (CNMV), en el último número de Economía Exterior, a menudo este exceso de órdenes se utiliza para descubrir el interés de los otros participantes del mercado –ordenadores incluidos– o para manipularlos, creando la apariencia de microtendencias en los precios.

Hay varios tipos de negociaciones automatizadas. Una de las más utilizadas es la High Frequency Trading (HFT, en sus siglas en inglés) o negociación de alta frecuencia. Ésta emplea sofisticados algoritmos para interpretar señales de los mercados y, en respuesta, ejecutar estrategias de negociación que suponen el envío de órdenes a los mercados en grandes cantidades y a altas velocidades.

¿Cómo operan exactamente? En este artículo del New York Times de 2009, cuando se empezó a hablar de este fenómeno en los medios de comunicación no especializados, lo explican con claridad. ¿Qué ventajas aportan los HFT? Según sus defensores, los HFT aportan liquidez al mercado. Además, facilitan que los precios de los activos financieros en los múltiples mercados estén alineados, es decir, realizan el llamado arbitraje financiero. Los riesgos de un crash serían reducidos, ya que operan con poco capital y cierran sus posiciones día a día.

En cuanto a las desventajas, Arenillas argumenta que son más significativas. Su artículo concluye con una definición nada halagadora: “Los HFT es la negociación a alta velocidad de valores financieros mediante ordenadores, con escasa supervisión, sin atender a los fundamentos de cada valor y con el objetivo de obtener subvenciones de las bolsas y detectar el flujo de órdenes de los inversores reales, adelantarse y ganar dinero”.

 

Para más información:

Carlos Arenillas, «Hombres contra máquinas: ‘High Frequency Trading’». Economía Exterior 60, primavera 2012.

Estudios de Política Exterior, «Revolución en los cielos: el ataque de los drones». Artículo, diciembre 2012.

Tradeworx, Inc, «The Essential Guide to HFT». Presentación, mayo 2010.

Graham Bowley, «Lone $4.1 Billion Sale Led to ‘Flash Crash’ in May». The New York Times, octubre 2010.

 

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