Los retos de un Mediterráneo transformado

 |  1 de febrero de 2012

 

En Europa parece haberse instalado cierto pesimismo debido no solo a la crisis económica. Bajo la luz de la fatalidad, los acontecimientos en la orilla sur del Mediterráneo provocan más angustia que ilusión. Muchos analistas hablan de la inevitabilidad de que las transiciones árabes conduzcan bien al caos, bien al triunfo político de opciones políticas contrarias a los intereses europeos. En España, las sensaciones no son menos oscuras.

Tres meses de elecciones en países sacudidos por la “primavera árabe” y tres victorias islamistas. La de Ennahda en Túnez, la del Partido Justicia y Desarrollo en Marruecos y la de los Hermanos Musulmanes en Egipto. En Libia, la tarea de hacer de nuevo un país marcado por una identidad nacional débil, sentimientos tribales y tensiones centrípetas, se antoja hercúlea. Mientras tanto, en Siria lo peor está por llegar. Si a ello añadimos la creciente tensión en torno a Irán, Oriente Próximo parece haberse situado al borde el abismo.

¿Tan mal marchan las cosas? “Sea esa la estación final de la ‘primavera árabe’ o no, y nada determina que tenga que serlo –explica Haizam Amirah Fernández, investigador del Real Instituto Elcano–, ni el pesimismo ni la apatía son una opción para Europa si no se quiere que el peor escenario posible se convierta en una profecía autocumplida”. Tampoco una actitud del tipo “esperar y ver qué pasa” –añade Amirah Fernández en su artículo para Política Exterior 145– contribuirá a construir una nueva estabilidad regional, basada en el respeto a la dignidad de las personas y en la búsqueda de intereses comunes.

España y Europa se juegan mucho en las “primaveras árabes”. La posición geoestratégica de la primera ya se ha visto transformada y cambiará aún más a medio y largo plazo. Puente de paso natural entre el norte de África y Europea, único país de la Unión Europea que tiene frontera terrestre con el mundo árabe, España no puede abstraerse de los cambios en su vecindario meridional.

“Muy probablemente España sea el país de la UE que más tenga que ganar, en términos relativos, si las transiciones árabes conducen a una mayor prosperidad, más estabilidad y más democracia en la región”, apunta Amirah Fernández. En un contexto de dificultades para la economía española y la posición internacional del país, asumir un papel de liderazgo en la política euro-mediterránea puede ser vital para enganchar de nuevo a España al corazón de la UE y recuperar peso internacional.

El exministro español de Asuntos Exteriores, Miguel Ángel Moratinos, hace un llamamiento similar en este artículo. “El norte de África y el mundo musulmán viven el momento estelar de su historia –afirma el exministro–. Sin embargo, la respuesta europea, en mi opinión, ha sido tardía, silenciosa y sin el suficiente compromiso político, económico y financiero”.

Según Moratinos, desde el Consejo Europeo de mayo de 2011 no ha habido una sola reunión que haya dedicado una línea o comentario breve a lo que está ocurriendo en toda la fachada sur del Mediterráneo. Tampoco en octubre, dos días después de la primeras elecciones democráticas de Túnez y tras cuatro días del final de la guerra de Libia. por el sur del Mediterráneo, tanto si se consolida como si fracasa.

Durante el año transcurrido desde que se inició la “primavera árabe”, se han tomado algunas medidas simbólicas, como la visita del expresidente del gobierno José Luis Rodríguez Zapatero a Túnez, recuerda Amirah Fernández. También se ha ofrecido asistencia –“más voluntarista que eficaz, dadas las dimensiones de los retos”, apunta el analista– a algunos países del norte de África.

“Da la impresión de que aún no ha calado en el pensamiento político y estratégico de nuestro país una noción de los cambios que se avecinan, así como el vínculo existente entre la seguridad y el bienestar futuros de los españoles con lo que ocurra en las sociedades árabes cercanas”, concluye el investigador del Real Instituto Elcano.

 

Para más información:

Bernardino León, «Entrevista: Reflexiones europeas sobre la Primavera Árabe». Afkar/Ideas 32, invierno 2011-2012.

Javier Valenzuela, «Un nuevo norte de África y Oriente Próximo». Afkar/Ideas 32, invierno 2011-2012.

Eduard Soler i Lecha, «Europa y el Mediterráneo: ¿año cero?». Política Exterior 145, enero-febrero 2012.

Haizam Amirah Fernández, «Las relaciones euromediterráneas y su coherencia». Economía Exterior 57, verano 2011.

Marc Bou i Novensà e Iñigo Macías-Ayma, «Brechas generacionales en las revueltas del mundo árabe». Economía Exterior 57, verano 2011.

 

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