Multilatinas y el nuevo poder empresarial emergente

 |  30 de diciembre de 2011

 

Entre los diversos ranking publicados cada año sobre indicadores económicos pocos despiertan tanta atención como los que clasifican a las grandes empresas mundiales. En los últimos años –sobre todo desde los comienzos de la crisis financiera en 2007– estos índices están mostrando con claridad los enormes cambios en la distribución de la riqueza y el diferente dinamismo económico mundial entre occidente y el llamado «mundo emergente». Los populares índices Fortune 500, Financial Times Global 500 han constatado en 2011 el ascenso de las multinacionales de países como China, India, Suráfrica, Rusia y Brasil, entre otros.

Aunque Estados Unidos sigue siendo de lejos el país con mayor número de empresas en ambas clasificaciones, se observa una rápida y creciente participación de empresas emergentes que invierten cada vez en más países y sectores. Llama la atención el caso de China, que ha pasado de tener 16 empresas en el Fortune 500 de 2005 a 46 en 2011. Pero también Brasil: tres empresas en 2005 frente a siete en 2011. «Los grandes negocios y la creación de nuevos poderes globales ya no son de exclusividad occidental», sostiene Lourdes Casanova en el número 59 de Economía Exterior.

En América Latina la creciente actividad exterior de algunas grandes empresas ha dado lugar a las llamadas «multilatinas». Mauro Guillén y Esteban García Canal han analizado este fenómeno en Política Exterior: «Aunque las primeras multinacionales latinoamericanas surgieron inmediatamente después de la Segunda Guerra mundial, la magnitud de inversiones se ha multiplicado vertiginosamente desde finales del siglo XX. Mientras que hasta 1990 el conjunto de las empresas latinoamericanas había invertido 57.600 millones de dólares en otros países, a finales de 2010 la cifra aumentó hasta 732.800 millones (equivalente al 15 por cien del PIB de la región)».

Si a principios de los años 2000 los protagonistas de esta expansión internacional eran Brasil y México, en el sector energético y las materias primas fundamentalmente, hoy se incorporan compañías de Perú, Argentina, Colombia y Chile, y en sectores como el farmacéutico, el alimentario, las infraestructuras y, como señala Javier Santiso, incluso en sectores tecnológicos. En todo caso, destaca el rápido crecimiento y liderazgo del sector empresarial brasileño, con Petrobrás a la cabeza, que en el FT500 de 2011 ocupa el puesto número 5, en comparación con el 13 de 2010.

La importancia de este fenómeno ha dado lugar a estudios específicos sobre las empresas en América Latina. Así, por ejemplo, cada año AmericaEcomomía estudia la evolución de las 500 empresas de la región cuyas ventas superan los 1.000 millones de dólares. En su índice de 2010, de las 50 mayores, 27 son brasileñas, 15 mexicanas, 11 chilenas, cuatro argentinas, dos colombianas y una peruana. El objetivo es estudiar la economía latinoamericana a través de las tendencias de las mayores empresas. El fortalecimiento de las monedas frente al dólar en 2010, la subida de los precios de las materias primas debido a la fuerte e imparable demanda china y el crecimiento de muchos mercados internos en la región han empujado las ventas de las grandes empresas latinoamericanas, y las expectativas son al alza. Otro estudio es el realizado por Latin Trade, que clasifica a 500 empresas latinoamericanas según su nivel de ingresos y ganancias en el último año y en los tres años anteriores. Entre las 10 primeras de su clasificación más reciente (2010) se encuentran cinco brasileñas, tres peruanas, una chilena y una argentina.

Según Guillén, entre las causas del desarrollo y proyección de las multilatinas destacan la apertura comercial al exterior, la desregulación de mercados, las reformas financieras y las privatizaciones «que han transformado una región que hasta hace una generación se encontraba poco integrada con la economía global». Al igual que sucedió con las multinacionales españolas en la década de los noventa, la expansión internacional de las empresas latinoamericanas multiplicará la complejidad de los intereses económicos de los países de origen. «Esa misma presencia conlleva la posibilidad de una mayor influencia en otros ámbitos, que en el caso de algunos países puede abarcar los terrenos cultural, diplomático e incluso militar», advierte Guillén, para quien el país que más pronto experimentará el efecto geopolítico y diplomático de sus multinacionales es Brasil.

¿Cómo afectan las multilatinas a España y sus multinacionales? Santiso coincide con Guillén en que la expansión internacional de las empresas latinoamericanas puede traer una mayor actividad para las españolas si se produce un «efecto sede»; una concentración de la actividad en el país de origen. Asimismo podría estimular mercados como el Latibex y aumentar los intercambios tanto comerciales como humanos con América Latina en su tránsito hacia Europa.

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