Macron y Merkel, durante la visita del primero a Berlín, el 19 de abril, poco antes de las visitas de Estado escalonadas de ambos líderes a EEUU. GETTY

¿Cómo puede Europa salvar el acuerdo nuclear con Irán?

Crisis Group
 |  8 de mayo de 2018

El acuerdo nuclear entre Irán y el P5+1 (los cinco miembros permanentes del Consejo de Seguridad de la ONU más Alemania) empieza a parecer una victoria pírrica. El presidente de Estados Unidos, Donald Trump, ha tenido el Plan de Acción Integral Conjunto (JCPOA) en el punto de mira desde que asumió el cargo en enero de 2017. Un año después, Trump anunció que este mes de mayo, a menos que el Congreso de EEUU y los aliados europeos abordaran los «desastrosos defectos» del acuerdo, su país se retiraría de él, pese al cumplimiento continuo y verificado de Irán. En medio de las crecientes tensiones en la región, Israel alega una vez más que Irán no ha aclarado sus actividades nucleares del pasado y sigue ambicionando el arma nuclear. Europa, por su parte, ha hecho esfuerzos de última hora para estar a la altura del desafío planteado por Trump. Pero quizá necesite un plan de respaldo para rescatar el acuerdo nuclear si EEUU se retira o cumple el trato a medias.

 

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Los negociadores de EEUU y de Reino Unido, Francia y Alemania (conocidos colectivamente como E3) han hecho progresos a la hora de abordar las preocupaciones de la Casa Blanca. En la última semana de abril, el presidente francés, Emmanuel Macron, y la canciller alemana, Angela Merkel, visitaron Washington para dar un último impulso a las negociaciones. Sin embargo, y pese a la sensación de “montaña rusa” que dejó la visita de Macron (primero sugirió que el acuerdo podría ser logrado, alegando que no había un plan B, y al día siguiente fulminó toda esperanza), por ahora se puede decir que el éxito de ambos líderes es altamente cuestionable. De hecho, incluso si Trump accede a mantener el acuerdo, es muy probable que la incertidumbre sobre el mismo continúe, pues los beneficios económicos para Irán disminuirán, y sus incentivos para mantener el acuerdo se verán mermados.

Desde el ultimátum de Trump, los negociadores han discutido sobre cuatro preocupaciones principales: el programa de misiles balísticos de Irán, sus políticas regionales, la inspección de emplazamientos nucleares iraníes y las llamadas cláusulas de suspensión contenidas en el JCPOA, que se refieren a restricciones de tiempo limitado sobre las capacidades nucleares de Irán. El horizonte de un entendimiento transatlántico se vislumbra, en particular sobre los tres primeros puntos. Pero el E3 insiste en que no cambiará unilateralmente los términos del JCPOA, lo que significa que, en contra de la demanda de la Casa Blanca, no aceptarán castigar automáticamente a Irán si este amplía sus actividades nucleares, siempre que sea de manera coherente con los términos del acuerdo. Tampoco están convencidos de que Trump llegue algún día a acatar un trato del que siempre se ha burlado. De hecho, temen que rechace cualquier compromiso que alcancen los negociadores.

 

Teherán no ha dejado dudas sobre su determinación a responder si EEUU vuelve a imponer sanciones

 

La administración de Trump tiene, por tanto, cuatro opciones: llegar a algún tipo de entendimiento con el E3 que incluya el cumplimiento del JCPOA y la suspensión continuada de las sanciones a Irán; posponer la decisión y evitar, una vez más, imponer sanciones, permitiendo así negociaciones adicionales con el E3; negarse a suspender las sanciones pero retrasar al menos su imposición, de nuevo para permitir negociaciones adicionales con el E3; o retirarse del acuerdo, imponer sanciones y comenzando a penalizar a aquellos que las quebranten. La primera opción sería la mejor, pero también, según lo dicho por Macron al final de su visita a EEUU y teniendo en cuenta las recientes acusaciones de Israel, la menos probable. En cuanto al resto de opciones, se puede decir que van desde lo indeseable hasta lo francamente destructivo. Cada uno de ellas, como mínimo, significaría que persistiría la dañina ambigüedad que rodea el destino del acuerdo nuclear.

Rusia, China e Irán están ausentes de las deliberaciones. Moscú y Pekín han expresado su continuo apoyo al acuerdo. Teherán, sin embargo, no ha dejado lugar a dudas sobre su determinación a responder si EEUU vuelve a imponer sanciones. Hay dudas, sin embargo, sobre cómo reaccionaría a un acuerdo entre EEUU y el E3 que preservase el JCPOA pero que sancionase su programa de misiles y sus actividades regionales, al tiempo que edurece la postura del bloque occidental sobre el futuro del programa nuclear, insistiendo en un nuevo acuerdo que aborde todas estas cuestiones. Los líderes iraníes criticaron duramente la sugerencia de Macron de promover un acuerdo más amplio que cubra todos esos asuntos, ya que consideran que recompensaría las amenazas de EEUU de cancelar el acuerdo, apaciguando a Trump en lugar de insistir, simplemente, en el pleno cumplimiento por parte de Washington.

 

Sin una iniciativa europea codo con codo con Teherán, el acuerdo expirará instantáneamente o morirá una muerte lenta

 

En este momento, parece que sin una iniciativa europea de la mano con Teherán –salvo una acuerdo de última hora con Washington que preserve significativamente el JCPOA– el acuerdo expirará instantáneamente o morirá una muerte lenta. Para minimizar riesgos, el E3 debería dejar de centrarse únicamente en mantener la conformidad de EEUU con el JCPOA; también debe idear un medio para mantener a Irán a bordo incluso si Washington abandona el barco. A medida que el E3 continúe las conversaciones con EEUU, debería desarrollar un plan B por si el acuerdo resulta difícil de alcanzar o por si EEUU sigue reduciendo los dividendos previstos del JCPOA para Irán. Este plan de contingencia podría tener éxito si el E3 lo presenta a Irán como un paquete de cooperación económica con componentes a corto y medio plazo. Por supuesto, tal esfuerzo estaría condicionado al cumplimiento de Irán con el JCPOA, una acción significativa hacia la reforma de sus instituciones financieras y la reducción de las tensiones en la región.

Una retirada unilateral de EEUU sin duda daría un duro golpe al JCPOA. Pero los pasos proactivos del E3 y la Unión Europea en su conjunto podrían garantizar que ese golpe no sea fatal.

Este artículo es un extracto del informe publicado originalmente en inglés en la web de Crisis Group.

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