Reestructuración de la deuda: ¿tragedia griega o latinoamericana?

 |  26 de mayo de 2011

La idea de que una reestructuración de la deuda griega, más que un problema podría ser la solución, gana adeptos día a día, incluso en Alemania. En cualquier caso, muchos opinan que dicha reestructuración es inevitable, dados los niveles de deuda que sufre Grecia, que según Eurostat alcanzará el 160% del PIB en 2012. La idea de que el único medio que tiene Grecia de resolver sus problemas es la reestructuración ya está siendo descontada por los mercados.

Una reestructuración de la deuda es una modificación de los términos de la deuda previamente pactada, para que el deudor se coloque en mejores condiciones para pagar. ¿Qué implicaría? En primer lugar, podría tratarse simplemente de una modificación de los plazos de vencimiento, eliminando así la acumulación de deudas a corto plazo y propiciando que se conviertan éstas en deudas consolidadas a largo plazo. Otro mecanismo es el reescalonamiento de la deuda, esto es, el cambio en los montos anuales a pagar, de modo que éstos resulten más uniformes o graduales. Una tercera opción podría ser la modificación en los intereses u otras cláusulas semejantes. Asimismo, se podría optar por refinanciar la deuda ya contraída y emitir nuevos préstamos en condiciones más accesibles. O una mezcla de todas ellas.

Como se ve, son numerosas las opciones que se esconden tras el término reestructuración. “Hay vías creativas para que el incumplimiento sea menos doloroso; pretender que no sucederá no es una de ellas”, leemos en The Economist. La revista apunta a las lecciones de la historia para afrontar la actual crisis griega. En primer lugar, debemos mirar a Uruguay, que en 2003 convenció a sus acreedores para que cambiasen sus bonos por otros con el mismo principal, el mismo interés, pero un vencimiento cinco años mayor. El país obtuvo un respiro y poco después estaba de nuevo tomando dinero prestado en los mercados internacionales.

Sin embargo, Grecia no está en las mismas condiciones que Uruguay entonces. Está mucho peor. Por ello, algunos economistas dudan de que una modesta “redefinición” de la deuda ayude. The Economist viaja más lejos y a una mayor profundidad para encontrar el ejemplo apropiado. Y lo encuentra a principios de los ochenta, cuando los países de América Latina sufrían una grave crisis de deuda que ahogaba sus economías, situación que recuerda a la de los países periféricos de la Europa de hoy en día.

Entonces, la exposición de los bancos estadounidenses ante el incumplimiento de los países latinoamericanos era enorme. Algo parecido sucede ahora con los bancos alemanes y la deuda griega. Una reestructuración, se dijo entonces, hubiera llevado a muchos a la insolvencia. Por ello se adoptó un retraso en el calendario de pago, dando tiempo a los deudores para que se recuperasen. Algo similar se está proponiendo ahora para Grecia.

Los bancos estadounidenses tuvieron más tiempo para recuperarse, pero no así las economías latinoamericanas, lastradas por deudas que de todos modos no podrían pagar. Por ello, en 1989 un nuevo plan más drástico se puso en marcha: una reducción de la deuda propiamente dicha. Mientras tanto, el continente había perdido una década.

¿Caminará Grecia por ese extenuante camino?

Para más información:

Fernando Barciela, “La crisis que pudo no haber ocurrido”. Economía Exterior núm. 54, otoño 2010.

Wolfgang Münchau, “¿Es posible que Martin Feldstein tenga razón?”. Política Exterior núm. 135, mayo-junio.

José Enrique de Ayala, “Carta de Europa: El rescate de Grecia”. Política Exterior núm. 134, marzo-abril 2010.

 

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