POLÍTICA EXTERIOR  >   NÚMERO 199

Contenedores de mercancías en el puerto chino de Taicang (Suzhou, 12 de mayo de 2020). GETTY

¿Desaparecerá la tensión en el comercio global?

Los superávit comerciales de China y la UE son consecuencia de políticas que rebajan el poder adquisitivo de sus ciudadanos, en beneficio de las élites financieras, empresariales y políticas.
Michael Pettis
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En diciembre de 2020, el presidente electo Joe Biden eligió a Katherine Tai como responsable de las políticas comerciales de Estados Unidos y citó específicamente su experiencia previa en las negociaciones con Pekín. “Fue la principal responsable del cumplimiento de la normativa comercial y se enfrentó a las injustas prácticas comerciales de China, lo que continuará siendo una de las prioridades clave de la administración Biden-Harris”, declaró el presidente electo al anunciar el nombramiento. Tai tiene fama de inteligente y dura. Conoce muy de cerca China y también las insatisfactorias y dilatadas conversaciones sobre comercio que mantienen EEUU y el gigante asiático.

El nombramiento de Tai da a entender que, aun con un nuevo presidente, no es de esperar un cambio radical en los contenciosos comerciales entre Washington y Pekín. Es más, ha sido un error, desde el primer momento, entender las disputas comerciales globales de China y EEUU como un forcejeo entre Donald Trump y Xi Jinping. La tensión no se debe a la animadversión entre ambos líderes. De hecho, va más allá de la rivalidad de las dos potencias.

En realidad, cuando se trata de provocar desequilibrios comerciales globales, China no es el único país responsable, ni siquiera el que carga con mayor culpa. El superávit por cuenta corriente chino se elevó en 2019 por encima de los 150.000 millones de dólares. Aun haciendo gala de una economía mucho mayor, la cifra fue significativamente inferior a la de Japón (en torno a los 180.000 millones) o Alemania (unos 280.000 millones). El problema radica en que, a lo largo de las dos últimas décadas, al mundo le ha costado cada vez más compensar los enormes desequilibrios en la balanza comercial, y los mismos mecanismos que los originaron los hacen más difíciles de amortiguar. Esto se debe a que, como…

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