POLÍTICA EXTERIOR  >   NÚMERO 132

El sector financiero español ante la crisis

Emilio Ybarra
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El futuro del sistema financiero y las salidas a la crisis dependerán en buena medida de las decisiones que se tomen en los foros internacionales, particularmente en Europa. Para España, además, sería útil recordar las lecciones de la crisis bancaria de los años ochenta.

Hace algo más de un año, en septiembre de 2008, el mundo retuvo el aliento ante la evidencia de que el sistema financiero global se fundía como el chocolate. Nadie sabía a ciencia cierta si las habituales medidas de último recurso podrían funcionar en esta ocasión, a pesar de su éxito en las crisis de las dos últimas décadas. Sin embargo, hoy, un año después del colapso de Lehman Brothers, podemos empezar a respirar, algo más lejos del constante sobresalto, ante el comportamiento de las autoridades monetarias y fiscales y ante el desacoplamiento global que permite que algunas economías, emergentes o no, puedan servir de locomotora a la recuperación del comercio mundial. Parece pues un momento adecuado para reflexionar sobre algunas características de la crisis financiera en España y sobre el futuro económico y financiero de nuestro país en el contexto de una Unión Europea que se encuentra, a su vez, en un punto crucial para su desarrollo.

Resumimos en pocas líneas el origen de la crisis, los problemas de morosidad y las todavía amenazantes restricciones crediticias. Un entorno mundial de bajos tipos de interés y una política monetaria laxa durante demasiado tiempo llevó a las entidades financieras a incurrir en excesivos riesgos para ganar dinero después de 14 años de expansión. Ello originó un alto apalancamiento (a igualdad de fondos propios, muchos más activos y, además, mucho negocio fuera de balance que no consume capital) y una importante relajación en la asunción de riesgos.

En España no ha habido subprime, entendido como la concesión masiva…

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